Camino a la ataraxia.
- yosorep
- 24 abr 2020
- 6 Min. de lectura
Tras la primera entrada sobre la filosofía estoica, destacando los principios básicos del estoicismo: vivir según la naturaleza, la práctica de las tres disciplinas y la dicotomía de control. Ahora entraremos en detalle cómo se orienta de un modo más práctico y concreto la filosofía. No olvidemos , como terminamos diciendo, la práctica es la base fundamental de esta filosofía.
Existe una plegaria que no me resisto a reseñar en este momento; que por debilidad personal me gusta y que describe de buen modo en qué consiste la dicotomía de control sobre la que vamos a desarrollar la entrada y que es idea fundamental del estoicismo:
Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar,
fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar
y sabiduría para entender la diferencia.
Reinhold Niebuhr. 1934.
Esta plegaria, que como se observa es cristiana, define perfectamente la idea central de lo que Epícteto denomina Dicotomía de Control; que históricamente ha sido compartida por otras tradiciones filosóficas como el budismo, y por tradiciones religiosas como la judeo cristiana. Es la oración de cabecera de lo que debe ser el "karma" de toda persona. Dividir el mundo entre aquellas cosas que dependen de nosotros y las que no, a través de una capacidad adquirida con el tiempo (sabiduría) y sabiendo diferenciarlas; saber como actuar ante ellas , con serenidad o fortaleza, según depende o no de nosotros la acción que reclama.
La idea fundamental es ser capaz de utilizar nuestra energía psíquica (y física) y en definitiva nuestra mente, en centrarnos en lo que depende completamente de nosotros. Lo demás, merece el grado de indiferencia que le corresponde por la imposibilidad que supone que no podemos garantizar un resultado por nuestra acción.
Es llegar a una integral convicción, y plena, de luchar por lo que depende únicamente de nosotros. En un camino de práctica, hábito e incluso meditación, el camino de la ataraxia (serenidad en griego). Alcanzar la SERENIDAD, aprendiendo a desear sólo lo que corresponde a nuestra capacidad; sólo a lo que depende de nosotros. Así estaremos siempre serenos. Alcanzar la epifanía de ser capaces de alcanzar todo lo que nos proponemos. Es la promesa de la Disciplina del Deseo.
LAS DISCIPLINAS DEL DESEO, DE LA ACCION Y DE EL ASENTIMIENTO .
Por tanto, ya hemos conocido la dicotomía de control. Reconocer lo que depende y lo que no de nosotros, y poner foco en actuar sólo sobre lo que de nosotros depende. Esta se desarrolla a través de las tres disciplinas, que Epícteto enuncia como : "juicio", "impulso", "deseo" y "rechazo" (o aversión).
Fundamental poner en contexto las mismas. Entrecomilladas, pues el significado de entonces no es estrictamente como el actual, máxime teniendo en cuenta que después de más de veinte siglos, se ha evolucionado y teorías como la de la conducta y la ciencia cognitiva, desarrolladas en el siglo pasado han matizado y completado el significado.
Así, el juicio que traduce del original griego hypolepsis , tiene un sentido literal de comprender o asumir, que podríamos hacer más propio de la idea de tener una opinión o juicio o puntos de vista.
A continuación el impulso traducido del original griego horme ,supone el paso posterior al juicio, que nos mueve de manera meditada a la acción de alcanzar aquello que consideramos bueno para nosotros y deseamos. Acción de actuar basada en el juicio de valor previo.
El deseo y el rechazo o aversión, son las dos caras de la misma moneda. Es el motivo que nos hace pensar y razonar si es conveniente hacer para alcanzar o evitar alguna cosa. Si es conveniente dedicar esfuerzo físico, tiempo o dinero en conseguir esa cosa. El deseo de hacer o evitar genera juicios de valor orientados a una acción concreta.
Ya tenemos pues completada de manera definitiva las tres disciplinas de la filosofía estoica, que recordemos son :
Disciplina del Asentimiento: hacemos juicios de valor sobre las cosas que se nos presentan, opciones varias deseables o evitables, que dan lugar a una acción...
Disciplina de la Acción: desarrollamos ese impulso o acción que de manera razonable evaluó nuestro juicio y con ello alcanzar nuestro fin...
Disciplina del Deseo: la meta, fin, necesidad o deseo que motivó esta completa cadena.
Pero en definitiva, con un por qué fundamentado en la naturaleza humana, y teniendo claro el centro de la filosofía estoica: qué cosas puedo controlar y que no; la práctica del estoicismo me dicta y enseña cómo controlar y dominar todo lo que depende de mi. Cómo?. Práctica continua, introspección y consciencia.
Pero aún más. Epícteto tiene claro y pone en su lugar aquello que no depende de nosotros. Esos factores que si bien no deben ser la referencia de actuación de nuestra vida, si tenemos que convivir con ellos. En ellos no podemos tomar acción directa y por tanto no deben ser la referencia de nuestra vida y nuestros actos. Podemos hacer cosas que puedan influir en ellos, pero no somos nosotros de manera definitiva los decisores determinantes del resultado.
Epícteto los enuncia como: cuerpo, hacienda, reputación y cargos. Algunos de carácter interno, como el cuerpo, que supone en esencia la salud. Podemos hacer cosas para tener una buena salud, pero esta y la propia muerte no depende de nosotros. Pongamos como ejemplo muy actual el efecto de una pandemia, un accidente o cualquier simple enfermedad.
Otros son de carácter externo, como en el caso de la hacienda supone el control pleno de nuestra economía y riqueza, en el que con independencia de tomar decisiones supuestamente racionales, se pueden ver afectadas por accidentes de la economía o situaciones violentas como robos o accidentes naturales. En el caso de la reputación, la propia buena conducta puede no ser entendida o malinterpretada por los demás. En el caso de los cargos, trabajos o similares, el buen desempeño o propuesta por nuestra parte, puede no ser reconocida: despidos, o no ascensos y contrataciones....
Se podría completar esta categoría de cosas con otra clasificación entre aquellas sobre las que podemos influir sin depender completamente de nosotros. La filosofía estoica la reconoce dos aspectos: lo que no depende completamente de nosotros (una decisión de tu jefe, la compra de un cliente o la correspondencia de tu pareja) y lo que depende de ti, y que puede influir en el resultado final ( mi desempeño en el trabajo, mi dedicación a los clientes, la atención a mi pareja).
Con todo ello estamos casi completando la realidad de las personas en su naturaleza, sociedad y vida completa. Sin embargo, existe otro tipo de eventos, como el tiempo y la naturaleza, sobre los que no podemos hacer nada en absoluto. Ni siquiera influir. Y por tanto, sobre los que la frustración tiene menos sentido si cabe. De qué vale molestarse de un día lluvioso que aborta nuestros planes o de una cuarentena forzada como la de una pandemia.
En resumen, debemos tener claro el concepto de la mejor apuesta. Teniendo claro que el azar existe, y que por contra hay cosas que podemos controlar y hacer que ocurran. Pongamos foco de nuestros deseos y metas en ellos, o al menos seamos conscientes de en el caso de nos ser así , no dejarnos vencer por la frustración. El ser felices puede depender de ello.
Insistiendo: centrarse en lo que depende de ti.
Insistimos en la centralidad de la dicotomía de control en la filosofía estoica. Tener claro qué depende de nosotros y qué no. Entendiendo esto y siendo conscientes a través de la práctica podremos claramente ver y estar en continuo estado a favor de la naturaleza humana: razonabilidad y sociedad.
Destacar las frustraciones y sufrimientos que generan las situaciones de aversión o rechazo en los acontecimientos de la vida. Como se suele decir, estas situaciones se van a dar y aunque el dolor que provoquen exista, el sufrimiento en una opción propia. De este modo, el sufrimiento ante circunstancias sobrevenidas son consecuencia de una desconexión entre lo que quieres que suceda (o evitas) y lo que realmente sucede. Y esto para el estoico no es más que estar en contraposición de la naturaleza humana.
No tiene sentido encontrar la desgracia en evitar cosas que no dependen de nosotros como la pobreza, la enfermedad, la muerte, que siendo propias de la naturaleza humana, pueden golpearnos en cualquier momento incluso con la mejor de nuestras influencias. Por ello asumimos riesgos si nuestros deseo se orientan hacia estas cosas, que no podemos controlar. No digo que no sean aceptables, que no las busquemos y deseemos alcanzar (riqueza, éxito, salud, etc..). Pero siempre bajo la consciencia de su naturaleza intrínseca que las mantiene fuera de nuestro control. Sólo, podemos hacer e influir, pero el apego a ellas y su falta, pueden hacernos sufrir.
Solo cuando seamos definitivamente conscientes de que sólo podemos acertar con los deseos y aversiones que están en línea con la naturaleza -que dependen completamente de ti- podremos tener la seguridad de no sentir desgracia, o frustración con independencia del resultado. Si creamos conciencia de los deseos y aversiones que podemos tener , por depender de nosotros, crearemos una actitud magnánima de la naturaleza y del universo y de lo que pone en nuestro camino. Descubriremos el camino verdadero a la ataraxia.
Me alegro que te guste. La principal intención de todo esto es compartir y ase posible crear inquietud. Sobre el video, me parece que es necesario verlo. Espero compartir otro sobre resiliencia.
El video me ha encantado, se me está acumulando la lectura pendiente!!!!