EL RIESGO DE SECUENCIA
- yosorep
- 31 ago
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Este riesgo es una posibilidad que se ha de tener muy presente en la planificación financiera de las personas. Muy importante en el caso de cercanía o en la misma etapa de jubilación, en la que en el caso de la planificación financiera estamos en una fase de distribución (acumulación-consolidación- distribución).
Es el riesgo de que los rendimientos negativos del mercado ocurran al inicio del retiro, cuando una persona comienza a extraer dinero de su cartera de inversión. Aunque el rendimiento promedio a largo plazo sea positivo, y suele ser la referencia media la habitualmente utilizada, el orden en que ocurren los rendimientos puede afectar drásticamente la sostenibilidad de la cartera de inversiones de la que estamos retirando para nuestros gastos.
El peligro proviene porque si los primeros años de retiro coinciden con caídas del mercado, el inversor debe vender activos a precios bajos para cubrir sus gastos. Esto provoca dos cosas principales:
Esto reduce el capital disponible para beneficiarse de futuras recuperaciones del mercado. El efecto asimétrico de las recuperaciones dificulta el crecimiento de la cartera. Y consecuencia de esto…
A largo plazo, puede llevar a que los ahorros se agoten más rápido de lo previsto.
En definitiva, con las caídas del mercado se produce un efecto negativo que se refuerza al tener que ir liquidando activos que sufrieron caídas y que ya no estarán disponibles ante una posible reversión a esa media que suele ser la referencia de las rentabilidades de los activos o vehículos de inversión que forman nuestras carteras.
Situaciones como esta son las que hacen necesaria que la planificación financiera deba ser revisada con la frecuencia estipulada, pero no más. Semestral o al menos anual. Y no más, para tampoco tomar decisiones que no sean debidamente meditadas influidas por la conducta de las personas.
Entre las soluciones a estos inconvenientes, y además como cortafuegos a nuestras conductas, debemos tener en cuenta una serie de cosas a la hora de planificar nuestras carteras planificadas:
Reservas de efectivo: Mantener un fondo de liquidez para cubrir gastos durante años de bajo rendimiento. Es decir, seguir teniendo un fondo de maniobra a pesar de estar en la etapa de distribución. Tener liquidez invertida en activos algo descorrelacionados con el mercado de acciones puede ser cubierto con deuda a corto plazo, líquida y en muchas ocasiones con la capacidad de poder compensar la inflación.
Diversificación de ingresos: Combinar fuentes como pensiones, rentas vitalicias y propiedades para reducir la dependencia del mercado. Entre ellas destacaría mantener activos reales como el inmobiliario, que genera rentas recurrentes indexadas a la inflación.
Rebalanceo de cartera: Ajustar periódicamente la asignación de activos para mantener el perfil de riesgo adecuado. Esta es una acción fundamental en esta fase en la que optar por opciones de una parte de portfolio con la estrategia constant mix permite acumular los años buenos de ganancias y permitir aprovechar las caídas de aquellos bloques que, pero se han comportado.
Reducir gastos en años de bajo rendimiento para evitar liquidar activos en pérdidas. Esta es una situación que siempre está disponible y debe ser tenida en cuenta, no solo en estos casos si no en el resto de situaciones en las que los proyectos vitales puedan cambiar.
En este último tipo de estrategia para evitar o salvar el riesgo de secuencia podemos incluir la "regla del 4%" que propone que los jubilados pueden retirar el 4% de su cartera en el primer año de jubilación, luego ajustar esa cantidad cada año posterior en función del rendimiento del mercado. Esto puede ayudar a garantizar que los retiros sean sostenibles y no agoten la cartera demasiado rápido durante las recesiones del mercado.
Por supuesto, la diversificación en las carteras juega un papel fundamental no solo en este momento, sino también antes. Por lo que una combinación de activos descorrelacionados en acciones, bonos, inmobiliario, permite compensar las recesiones.
Un ejemplo práctico que ilustra cómo corregir o mitigar el riesgo de secuencia en la planificación financiera de la jubilación. Este podría ser el ejemplo de un jubilado con 500.000 € de capital al retirarse.
Capital inicial: 500.000 €
Retiro a los 65 años
Retiro anual: 25.000 €
Horizonte: 30 años
Rendimiento promedio anual: 5%
Pero... los primeros 3 años tienen rendimientos negativos: -10%, -5%, -8%
El jubilado empieza a retirar 25.000 € cada año, justo cuando el mercado cae. Esto obliga a vender activos en pérdidas, lo que reduce el capital más rápido de lo previsto.
A los 10 años, el capital se reduce a menos de 300.000 €
A los 25 años, el capital se agota
Una opción es usar la estrategia de cubo que supone dividir la cartera de la jubilación en diferentes cubos o “apartados” que se selecciona cada uno para un horizonte temporal concreto de disposición. Con un primer cubo para un horizonte más cercano, del primero que disponer, en el que tendremos activos de corto plazo menores a 2 o tres años, normalmente deuda y liquidez; un segundo cubo para activos que necesitaremos en el siguiente período o plazo, para plazos superiores a 3 años y hasta 10. Y un tercer cubo para plazos más largos y superiores a la década.
Por lo tanto, en función de los plazos tendremos activos que van de menor a mayor volatilidad, aspirando en los más lejanos a rentabilidades más altas, con posibilidades de reversiones a la media y la necesidad de hacer rebalanceos y reequilibrar conforme pasan los años y vamos usando los cubos.
Solución: Dividir el capital en tres “cubos” según el horizonte temporal:
Cubo | Horizonte | Inversión | Objetivo |
1 | 0–5 años | Efectivo y renta fija | Seguridad y liquidez |
2 | 5–15 años | Bonos y fondos mixtos | Estabilidad |
3 | 15+ años | Acciones y fondos de crecimiento | Rentabilidad a largo plazo |
Resultado:
Durante los primeros años de caídas, el jubilado retira dinero del Cubo 1, sin tocar las inversiones de largo plazo.
Esto evita vender acciones en pérdidas y permite que el Cubo 3 se recupere con el tiempo.
Como resultado corregido del caso anterior:
El capital se mantiene más estable
El jubilado conserva más de 200.000 € al final del periodo
Se reduce el riesgo de quedarse sin fondos
Para todo esto es necesario hacer una planificación de las etapas cercanas a la jubilación, preparando los cubos en base a:
Determinar necesidades de liquidez
Antes de invertir, define cuánto necesitas retirar cada año. Por ejemplo:
Gasto anual estimado: 25.000 €
Reserva de liquidez recomendada: mínimo 3 años de gastos → 75.000 €
Este monto debe estar fuera del mercado (cuenta remunerada, depósitos, fondos monetarios).
Construir los tres cubos
Cubo | Horizonte | Tipo de activo | Monto sugerido |
1 | 0–3 años | Efectivo, depósitos, renta fija corta | 75.000 € |
2 | 3–10 años | Bonos, fondos mixtos, renta fija media | 150.000 € |
3 | 10+ años | Acciones, fondos indexados, inmobiliario | 275.000 € |
Total: 500.000 €
Rebalanceo anual
Cada año, revisa tu cartera y haz lo siguiente:
Si el mercado sube: vende parte del Cubo 3 (acciones) y rellena el Cubo 1
Si el mercado baja: no toques el Cubo 3, retira del Cubo 1 y espera a que se recupere.
Esto evita vender en pérdidas y te da tiempo para que los activos de largo plazo se recuperen.
Simulación de mercado adverso
Supongamos que los primeros 3 años el mercado cae:
Año 1: -10%
Año 2: -5%
Año 3: -8%
Gracias al Cubo 1, puedes retirar sin tocar tus inversiones de largo plazo. Cuando el mercado se recupera en el año 4 (+12%), puedes vender parte del Cubo 3 y reponer el Cubo 1.
Este riesgo de secuencia debe ser muy tenido en cuenta junto a otro riesgo cada vez más extendido: el riesgo de longevidad. Vivir cada vez más años en las mejores condiciones es algo bueno, pero también conviene preverlo y tenerlo en cuenta en la planificación financiera personal. Pero eso podremos verlo en otra entrada.



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