El sermón de la montaña.
- yosorep
- 5 ago 2020
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Tras afrontar Jesús las tres tentaciones y siguiendo el texto de Mateo, este refiere en 4, 12-25 de manera sintética y sin perder de vista el Antiguo Testamento, cómo Jesús sí es el mesías anunciado por los profetas, la "gran luz" que ellos anticipaban, nacido y desarrollado su actividad en tierra pagana, como era Galilea. Esta es la señal de confianza en la misión divina de Jesús, que además se convierte en "universal", y mesiánica, como Jesús se encarga de recordar, incluido en el momento de estar resucitado, camino de Emaús (Lc, 24, 25 ss.).
En esta introducción de Mateo deja claro de manera sintética tres puntos claves:
Jesús y su predicación, qué hace y por dónde, con un objetivo concreto y misión para nosotros: "convertíos porque está cerca el renio de los cielos".
Elección de los 12, de manera individual, uno a uno, con toda la carga simbólica de la renovación del pueblo de las doce tribus, la nueva tribu universal.
Jesús maestro y redentor, pues el Jesús que se relaciona con la gente, les enseña, les habla y cuida. Sana físicamente pero es El mismo el que salva. Es la salvación.
En esta introducción que perfila la figura de Jesús, permite tener presente a Jesús en el sermón de la montaña como maestro que es. Desde su posición, ese día, sentado, ejerce la cátedra como maestro , como "nuevo" Moisés que fuese anunciado en el Deuteronomio. Se deja claro que desde su cátedra acepta y se abre a sus "discípulos" en una "universidad" abierta, a todos, donde lo que importa es la actitud de escucha y seguimiento, no la procedencia. Se abre la universalidad de la Palabra que no excluye a los antiguos, sino que los supera para acercarse a todos.
Ahora se extiende la Alianza a todos los pueblos, de la misma forma se hiciera en el pretérito monte del Sinaí. Pero ahora la montaña, clara y definitivamente queda como el lugar de la oración y proximidad al Padre. Allí lo encontraremos. Allí nos encontraremos a nosotros.
En ese nuevo monte donde Dios, a través de Jesús se comunica con todos quienes oyen, hace 20 siglos, se manifiesta en un nuevo mensaje de mansedumbre, grandeza sencilla, cercanía, pero no por ello falto de profundidad abismal. El único atisbo de fuerza, el huracán, terremoto es la propia fuerza de las palabras y el mensaje. La trascendencia de las mismas. El reconocimiento del sufrimiento cotidiano como camino hacia Dios, hacia nosotros mismos, y la paz. Al punto se anuncia la cruz, y el amor crucificado como medio para...Ahora Jesús no es necesario como Moisés para evitar el miedo a Dios y sus palabras. Ahora Dios nos habla cerca y cercano, reconocible a través de Jesús, con un mensaje nuevo de esperanza en el que la única muerte posible y necesaria es la de la conversión.
Dios habla como un hombre a los hombres, firme y con verdad. Con un ofrecimiento escandaloso, de cruz y sufrimiento; y de aceptación de la vida y de uno mismo. Y con esta profundidad y fuerza sí se manifiesta el huracán y el terremoto, y como dice EX 20, 19, "si...Dios nos habla moriremos". Si, pero habla de otra muerte, para una nueva vida, en el que muere nuestro yo (ego) para un nuevo individuo que nazca en comunión con Dios, redimido. El bautismo no es solo un rito sino un verdadero y completo renacer que se hace del todo manifiesto en el Espíritu.
La nueva Torá de Jesús
El sermón de la montaña será la nueva Torá de Jesús, que como Moisés aceptara y conociera, fue en la montaña, en soledad y comunión con Dios . Para esta nueva Torá, Jesús ha consumado en silencio y soledad la comunión con Dios, desde una inmersión con el Padre para elevación intima de su vida y posterior descendimiento a la vida y el sufrimiento como hombre, con los hombres y para los hombres.
Algo fundamental de esta nueva Torá es que es por y para todo el mundo. Y es para entonces y el futuro. Como en el completo evangelio indica Mateo de manera reiterada con "en aquel tiempo"...es decir: Siempre. Pero para todo ello es necesario la condición indicada antes de ser discípulo. No es obligatoria, pero si necesario para poder seguir al Maestro. Es la única manera de entender-le. Seguir y vivir siguiendo, y caminando con El.
Las Bienaventuranzas.
Se ha manifestado en ocasiones que las Bienaventuranzas (BVs) pudieran ser una antítesis de los Diez Mandamientos. Cómo una especie de ética superior cristiana. Sin embargo no hace falta alejarse del propio Evangelio para refutar todo esto. Pues el propio Jesús lo indica al decir que su postura es validar la ley; reforzado en Mt 5,21-48, lo refuta plenamente en Mt 5,17 ss.: "no creáis que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolir , sino a dar plenitud …".
Sobre qué son las BVs, podemos partir indicando que en el AT ya se apuntan por "palabras y frases orientadoras", como en Je 17, 7 ss.: "Dichoso el hombre que confía en el Señor...". Son destinadas a sus discípulos (Lc 6, 20 ss.), pobres, hambrientos, lloran, odiados y perseguidos. Personas que más allá de una realidad de carencia material y física, muestran una realidad más profunda y espiritual; la carencia y falta a las que les enfrenta el sufrimiento. Apunta ya a que el sufrimiento, es necesario para acercarse a Dios...y a uno mismo.
Las BVs son a la vez una paradoja y una promesa. En el primer caso se reconocen por invertir los criterios del mundo tanto de entonces como de ahora. De ahí que sean tan actuales como hace dos milenios. Las BVs proponen ver la realidad desde otra perspectiva, y proponen el aspecto subjetivo de la realidad. Y esa realidad, neutra, favorece al cristiano, al discípulo, desde y gracias a la comunión con Dios y su escala de valores, que no es la del mundo.
Y por otro lado es una promesa, una "nueva imagen del mundo y del hombre que Jesús inaugura", con valores invertidos. Son promesas no para el futuro sino para el presente y el ahora; el de entonces y el del mundo actual. Depende de mirar y vivir a través de Dios (la realidad). Es presente.
En el sentido de paradoja, las BVs representan la realidad del creyente en el mundo de antes y ahora. Que si bien por un lado sufre, sin embargo alcanza la felicidad y el conocimiento a través de ese sufrimiento. Pero aquello que se presenta como una promesa en el sermón, ya S. Pablo lo muestra como experiencia personal en sus cartas: 2Co 6,8-10; 2Co 4, 8-10. Todo esto es experiencia de vida del propio apóstol, que le reporta alegría sin límites, gracias a una íntima y fructífera relación de cruz y resurrección (2Co 4, 11). Solo "ahora se sabe lo que es realmente la felicidad ,la auténtica bienaventuranza, y al mismo tiempo se da cuenta de lo mísero que era lo que, según los criterios habituales, se consideraba como satisfacción y felicidad.".
Esta paradoja vivida por S. Pablo, de cruz y resurrección, también es anunciada por S. Juan al describir la cruz como elevación: cruz y elevación, ideas inseparables.
Por tanto , las BVs, expresan de manera clara y concreta lo que supone ser discípulo, para lo que es necesario aceptar la propia misión, que enfrenta la vida y en esta misma debemos encontrar la respuesta de nuestro grado de acierto. La vida es nuestro test comprobatorio por así decirlo y el resultado nunca obvia el sufrimiento, sino que lo necesita incluso para llegar a la felicidad.
Y en relación necesaria con lo anterior las BVs tienen un carácter cristológico en tanto en cuanto el misterio y la comunión con Cristo son necesarios para desarrollar la vida de las BVs, del discípulo, del acceso a la felicidad. (Ga 2,20). "Las BVs son la transposición de la cruz y la resurrección a la existencia del discípulo. Pero son válidas para los discípulos porque primero se han hecho realidad en Cristo como prototipo". Podemos llegar incluso a concluir que en las BVs de Mt 5, 3-12, Jesús hace una velada autobiografía de su interior, que el propio evangelista corrobora en otros episodios. Jesús es la figura retratada en sus palabras. Es el pobre , el sencillo, el humilde de corazón y puro que contempla siempre a Dios, el constructor de la paz. Las BVs son señales individuales y para la propia Iglesia, sobre el modelo de vida esperado por Dios y necesario para el hombre.
Los pobres de espíritu...., son las personas piadosas, fundados en la humildad personal frente a la arrogancia del sabio rico, que sólo confía en sí mismo. Son los hombres que no alardean de sus méritos ante Dios, y ante las personas. No necesitan justificar y decir lo que son o lo que hacen. Aman la sencillez de la aceptación, que no es más que lo que Dios nos da, y llegar a El con las manos abiertas y vacías, para dar y por haber dado.
Puede confundir Las BVs de Lucas, sólo nombra pobres... Pero sus pobres no son los meramente físicos sino también los espirituales, como el resto de su evangelio contrasta. La pobreza material no salva, pues puede endurecer el corazón y tener afán de poseer material.
La pobreza en definitiva es una actitud espiritual (como la riqueza), que no necesariamente debe ser radical como la de los santos pero si aspirar a ella en un mínimo de actitud de renuncia y sencillez, de abandono del bien-tener, por un más libre y justo y social que lleve al bien-estar y bien-ser.
En este sentido el sermón de la montaña no puede ser tenido como un programa social, como un sentido de justicia social de connotación política que se relacione con la religión. Es y debe ser una acción basada en renuncia propia y responsabilidad respecto al prójimo basada en la fe: humildad decidida y bondad puesta al servicio efectivo y activo de los demás.
…vuestro es el reino de Dios. El Reino de Dios es categoría y elemento fundamental del mensaje de Jesús. Y ese reino es experiencia personal, que podemos ejemplificar en la historia de San Francisco de Asís. Sin necesidad de la radicalidad y extremo del santo, su ejemplo interpreta fielmente lo que el Reino de Dios supone. La potencialidad vivencial que no es necesaria dejar a futuro. Es el acceso a la libertad pero para servir, para ejecutar la misión, con la confianza en Dios, y su "provisión" aceptada. Para San Francisco supone la corrección de una Iglesia que nunca desmerece esa posibilidad de mejora. Pero esa libertad y dinamismo, viene desde cada uno de nosotros en comunión con Dios desde una apertura íntima, que nos ayudará a conocernos. sin nunca olvidar el mundo en el que vivimos.
Los mansos porque heredarán la tierra. En estrecha relación con los pobres y el concepto de humildad, la mansedumbre es la condición que ya los profetas anunciaban en la personalidad del mesías. El término de humildad concreto es el que dispone Mt 11, 29, y el que Zacarías 9, 9 ss. ; el de un rey pobre, sin poder político o militar y en definitiva humilde. Pero la tierra del Rey de la paz no es un Estado nacional que se extiende de mar a mar. La paz tiende a la superación de las fronteras y a un mundo nuevo y renovado por la paz que procede de Dios. El mundo pertenece finalmente a los humildes, a los pacíficos. El Señor nos invita a vivir en esa perspectiva. Porque además históricamente son los que se han mantenido en el lugar, apegados a la tierra y trabajándola. Ahora esa tierra es todo el mundo ; tomamos de nuevo un sentido de universalidad en el que la tierra como espacio no tiene una referencia física, sino la presencia de Dios y la libertad de adorarlo.
En la Eucaristía está presente el Rey de la paz para los cristianos...Y definitivamente estamos anticipando la séptima BVs.
Dichosos los que trabajan por la paz , porque ellos serán llamados hijos de Dios. Aquí se invita a ser y realizar lo que Jesús hace, el Hijo, para llegar a ser hijos de Dios.
Pero para ser hijo de Dios, como don recibido en su unicidad y personalidad, como condición única que es, debe ser tratada desde la relación propia y directa de cada uno de nosotros con Dios. Como don restringido es nuestro compromiso en la vida mantener la comunión con El. Como dice S. Pablo (2Co 5, 20) "en nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios". La enemistad con Dios, no es el pecado ante Dios, sino sobre todo nuestra propia perdición y corrupción como hombre y persona. Sólo reconciliado con Dios estaremos reconciliados con nosotros mismos y en armonía, condición necesaria para crear y trascender la paz y lo mejor de nosotros. Se trata crear realidad desde dentro de nosotros en presencia de Dios, con El en nosotros y la eudokía de Dios, su beneplácito. "Que haya paz en la tierra es voluntad de Dios y, por tanto, una tarea encomendada al hombre"....."Cuando el hombre pierde de vista a Dios fracasa la paz y predomina la violencia". Y por terminar y no menos importante, no refiere la paz a la no guerra - que también- .Refiere a nuestro mejor estado de conocimiento propio y serenidad que permite afrontar la vida feliz, coherente, plena y llena de amor.
Dichosos los afligidos porque ellos serán consolados. Pero la aflicción consoladora no es la que comúnmente conocemos, negativa , que sume en la desesperanza, en la desconfianza, en el alejamiento del amor y la realidad. Esa no podrá tener nunca consuelo. Es la que llevó a a Judas a suicidarse. La aflicción consoladora es el sufrimiento diario que mueve a renacer, a generar la solución, a oponerse al mal, a la creación de una realidad distinta de conversión. Es la que S. Pedro sufrió y la de María...
La aflicción recibe el consuelo cuando en cercanía a Dios y conocimiento propio busca una realidad distinta fuera del rebaño y la manada. Que aunque no tenga en sus manos cambiar el mundo, crea y se enfrenta a su propia realidad, aceptada como neutra y modificada en el orden de Dios, contraria al mal. Supone un inconformismo con lo aparentemente dado y aceptado. Lo dado por aceptado como pauta y hábito en la conducta. En definitiva es cambiar el mundo desde nosotros hacia una realidad distinta a la dada, hacia el Reino de Dios. De este modo encontraremos una relación de reciprocidad entre el consuelo y el RdD. El consuelo nos permite entender parte del RdD y desde el RdD podemos entender qué tipo de consuelo recibimos.
Dichosos los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Los perseguidos por la justicia no refiere a la ley positiva o leyes de los hombres. Además de tener una connotación profética en la persecución de la Iglesia primigenia, la iglesia perseguida a causa de la justicia refiere para mi a la fidelidad a la ley natural y fundamentalmente la ley de Dios, su palabra. Los mandamientos de AT tienen el concepto equivalente en la fe: el creyente es (debe) ser justo. La fe es seguir y caminar con Cristo aun en contraposición del mundo. Cristo es la referencia de la vida recta , fin y centro. He aquí un nuevo apunte de cristología.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados. Son las personas que conscientes de la realidad exterior, se enfrentan y no se doblegan a la misma. Miran en derredor para buscar desde dentro lo más grande, la verdadera justicia, el bien verdadero. Estamos hablando de un inconformidad con la realidad exterior, con inquietudes de corazón, emprendedoras de un doble camino, necesario. Interior de búsqueda a Jesús y Dios , de la verdad y del amor, que desdobla en una acción y camino exterior que nos lleve o acerque al RdD. Para lo cual necesitamos la paciencia, humildad, la sensibilidad y constancia que permite el silencio perseverante y sutil, acercarnos en el reconocimiento de los mensajes de Dios que quiebran la realidad del mundo exterior.
Los ejemplos pueden ser de muchísimas personas y personajes. Desde los de la Antigua Alianza que escucharon y creyeron, como María y José, incluidos los apóstoles, hasta todos los santos posteriores y aquellos que no han sido reconocidos. Pero que podemos decir de los que no conocen a Cristo?. "Dios nos pide mantener nuestro espíritu despierto para poder escuchar su hablarnos silencioso, que está en nosotros y nos rescata de la simple rutina conduciéndonos por el camino de la verdad". Hambre y sed justicia. Y que finaliza, también, en Jesucristo.
Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios. " A Dios solo se le puede ver con el corazón: la sola razón no basta". Pero que entender por el corazón?...Percibir lo que Dios nos dice, ver las cosas que ocurren como algo que de El es consecuencia, de un estado de armonía entre cuerpo y alma. Y tener y mantener en cuenta estas señales como guía de la razón , de los actos y la voluntad. El corazón es la interrelación entre las partes del hombre, desconocidas si no hay introspección, unión de cuerpo y alma que son la esencia concreta de la criatura del hombre. Aceptación del ser cuerpo y ser espíritu, sin aislar la razón o la voluntad, sino reconociendo en todo a Dios. Y para ello, "el corazón, la totalidad del hombre , ha de ser pura , profundamente abierta y libre para que pueda ver a Dios". Para Teófilo de Antioquía: " si tu me dices: muéstrame a tu Dios, yo te diré a mi vez: muéstrame tu al hombre que hay en ti". Para ver a Dios y a El en las cosas, hemos de ser capaces, con disposición, con los ojos del espíritu abiertos.
Y claro, la pregunta queda suspendida en el aire...¿Cuál es la "mirada pura" que permite ver a Dios?. Corazón es a introspección lo que a mirada supone búsqueda sincera, hambre y sed. Mirar a Dios nos lleva a conocernos y ser mejores pero para ellos debemos mostrar interés sincero y recurrente para ver, para descubrir encontrando en su rostro el propio nuestro y el de los demás: honradez, sinceridad, justicia con el prójimo y la sociedad, o ethos social. Es un complemento entre el cumplimiento del decálogo del AT y de amor al prójimo del NT. La "reunión de las dos tablas".
Para ello tenemos de nuevo una referencia cristológica. La referencia y el ejemplo de Cristo. Veremos a Dios desde su mirada, sus actos y sus palabras aprehendidas. "Vivo yo, pero no soy yo , es Cristo quién vive en mi". Tan sencillo como somos parte de las personas que nos educaron. Seguir a Cristo y su ejemplo es vivir como Dios propone. El ascenso a Dios y el encuentro con nosotros se produce a través del descenso del servicio humilde y meditado, de nuevo en el ejemplo de Jesús: " el cual en su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo...., se rebajo hasta someterse incluso a la muerte,...".
Ciertamente es una propuesta de misticismo cristiano, que en otras culturas se alcanzan también desde hace siglos. Pero esto no debe ser una barrera por un sentimiento de incapacidad no intentada. En el caso cristiano la revelación de Cristo, en el que Dios se hace hombre y desciende a la cruz, da la oportunidad de potencial universal de encuentro con uno mismo y con Dios a través de ese descenso a la mirada interior en la búsqueda de Dios: Jesús-Cristo. Saber encontrarse y unificarse con Dios y trascender en la vida propia y de las relaciones con los demás. "El amor es el fuego que purifica y une razón, voluntad y sentimiento", unificación del hombre y encuentro consigo mismo.
Y estas son las Bienaventuranzas…, pero en una serie de invectivas y tras la verdadera propuesta de vida, Jesús nos advierte de las confusas opciones que recibimos y recibiremos. Ay de vosotros los ricos...; ya de vosotros los que estáis saciados...; ay de vosotros los que ahora reis...; ay si todo el mundo habla bien de vosotros....No hace una directa denuncia que nos haga obligada elusión a la riqueza material, a la alegría o al reconocimiento social...Pone sobre aviso que estas cosas no son las fundamentales. Y advierte que nos pueden confundir y alejar de la verdadera opción. Podemos caer en la aceptación de promesas y ofertas falsas, donde el camino fácil y el corto-placismo en el mundo nos haga caer en una trampa. Es básicamente que la vida es un camino de recorrido largo, ni fácil ni abundantemente material en todos los momentos y trata de evitar atarnos a lo aparente, provisional y sumamente mundano, que nos haga perder nuestra posible grandeza como humanos, nuestra profundidad como personas, y la pérdida de Dios y el prójimo, además de nosotros mismos.
Jesús sólo nos advierte, pero no nos obliga sobre una vida regustada en la vida en sí. F. Nietzsche critica que lo malo del cristianismo no es su doctrina, sino la moral del cristianismo, como crimen capital contra la vida. Acusa a ofrecer un reino de los cielos, cuando el hombre como tal necesita un reino de hombre en el reino de la tierra.
Aprecia la religión del cristiano como una religión de resentimiento, envidia de vencidos y pusilánimes, que no estando a la altura de la vida y conformistas con su situación acusan a los demás en su éxito.
Jesús presenta en realidad una mirada más amplia de la persona, que no se queda con lo fácil de la vida y la conciencia moderna, en la que el hombre es el centro individual del mundo, que aprovecha desde el poder económico capitalista hasta el totalitarismo socialista que pisotea o niega la mirada al prójimo. Que sin escrúpulo rebaje a la persona a la categoría de mercancía, que queramos ser solo hombre sin Dios o hombre que se creen dioses. Que aceptemos la arrogancia de erigirnos en dioses o hombres sin los hombres...
La propuesta de Jesús es más completa y plena. Nos permite conocernos a nosotros, ser Dios con Dios enfrente y dentro de nosotros; ser asimismo Dios, dando y compartiendo con el otro, en una vida correcta, conocer la verdadera vocación del hombre inexcusablemente "enrailada" en la vía del amor. La verdadera moral del cristiano es el amor al prójimo como a ti mismo: felicidad y riqueza en el ejemplo primero de Jesús ,y desde El, en la persona de los llamados santos, opción a la que todos estamos convocados...
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