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Estrategia de la Gestión Patrimonial Familiar

  • yosorep
  • 17 ene
  • 15 Min. de lectura

Dentro de la planificación financiera podemos afrontar distintos aspectos que necesitan de una gestión propia y particular, yendo desde los casos particulares, la persona física y concreta, y más comúnmente la familia en la que vive, a los casos más amplios que pueden ser desde una familia más amplia, con negocios incluidos también de carácter familiar, y la consiguiente casuística propia y peculiar, hasta los denominados family offices e incluso empresas patrimoniales.


 

MODELO CLASICO DE GESTION PATRIMONIAL.


 

Desde la perspectiva más común del que realiza alguna gestión del patrimonio, la planificación financiera independiente y profesional no es lo más común. Lo normalizado es un proceso afectado por la cultura bancarizada que en España existe, donde una persona o su familiar eligen alguna de las entidades financieras existentes con las que deciden sobre determinadas inversiones sobre los ahorros acumulados en sus vidas profesionales y empresariales. Es un proceso en paralelo, donde el banco propone las inversiones y el cliente las decide en base a criterios de confianza, y en muchos casos de desconocimiento.

 

El cliente se ve obligado a absorber toda la información que le ofrece la entidad, a contestar las preguntas que la normativa obliga a registrar y firmar en este caso, pero, en cualquier caso, es un proceso de vía paralela, donde el banco y el cliente no van en el mismo tren.

 

En definitiva, no es más que una venta de la banca al cliente, donde se obvian los aspectos más vitales de la verdadera planificación financiera: los objetivos vitales del interesado. Saber lo que quieren, necesitan, desean y les ilusionan.

 

Estaríamos hablando que nos estamos saltando una relación necesaria biunívoca, donde la expresión del interesado es fundamental. Donde la escucha es una necesidad y la educación e iluminación del planificador cuenta en gran medida.

 

En definitiva, el modelo clásico tiene cinco pasos:

 

ESCOGER ASESOR FINANCIERO>

ESTABLECER POLITICA DE INVERSION>

ESCOGER ASIGNACION DE ACTIVOS> (asset allocation).

SELECCIONAR GESTORAS>

REVISION PERIODICA.

 

 

1.GESTION ESTRATEGICA DEL PATRIMONIO.



Una referencia de la gestión estratégica del patrimonio familiar es STUART LUCAS, que propone un método holístico, amplio e integrado que busca abarcar todos y cada uno de los objetivos del Grupo Familiar que se gestiona (GF). 

 

Es un modelo más cercano, que requiere más tiempo y esfuerzo en la implantación y seguimiento que el modelo habitual y clásico de gestión patrimonial, pero que sin embargo tiene de manera real y efectiva muy en cuenta los objetivos de la familia en las dos opciones posibles de gestión. Ya sea una gestión unigeneracional o finita. Ya sea una gestión multigeneracional o trascendente.

 

La planificación patrimonial que aquí proponemos propone establecer una estrategia que se caracterice por:

·        Coherencia.

·        Sencillez.

·        Efectividad.

 

 

Y para ello se hacen necesarios aspectos relevantes de la familia, ya sea social o empresarial. Y estos aspectos son:

 

·        Conocer el CONTEXTO EXTERNO: conocimientos de mercados financieros, legislaciones fiscales y de derecho sucesorio, etc.…Todo como paso previo para decidir también los asesores o profesionales necesarios para cubrir la infraestructura necesaria para la estrategia.

 

 

·        La familia como un SISTEMA CULTURAL: conocer los valores, actitudes y comportamientos de los distintos miembros de la familia (desde los padres hasta hijos y nietos, contando con los parientes de afinidad que se pueden ir uniendo a la familia), tener en cuenta las casuísticas diversas que se pueden dar: muertes, separaciones y divorcios, desavenencias… (célula social viva).

 

 

·        Necesidad de nombrar un RESPONSABLE, que se encargue de proteger los intereses de la familia, empezando por los financieros que se ocupan del patrimonio. Deberá integrar a los diversos asesores y profesionales para el buen funcionamiento de la estructura, realizando una gestión consistente y coherente con los objetivos, dinámicas y prioridades de la familia: ESTRATEGA PATRIMONIAL.

 

 

 

Esta estrategia patrimonial debe permitir a GF una hoja de ruta de consiga:

 

·        Tomar decisiones coherentes con la planificación.

 

·        Seleccionar los asesores con alineación máxima con los objetivos marcados en la estrategia.

 

·        Definición de principios orientados a:

 

 

 

o   Implementar el plan en tiempo, lo antes posible. Tanto acontecimientos negativos como la inflación y los impuestos, o positivos, como el compounding, apremian nuestra estrategia.

 

o   Alinear objetivos familiares, de los miembros, con los objetivos estratégicos de GF. No se trata de hacer todo lo que quiere cada uno, sino establecer unos objetivos generales y que estos, siendo compatibles con los de cada uno, aseguren el éxito de los objetivos generales. El ESTRATEGA PATRIMONIAL, será la figura clave de las conversaciones familiares.

 

 

o   Cuantificación de los resultados. Estos deben ser medidos de manera objetiva y global.

 

o   Diversificación, que comprende no solo en la cuestión de productos y activos financieros y patrimoniales por rentabilidad y fiscalidad, sino también en recursos humanos: tener alternativas en la gestión de estratega y asesores.

 

 

o   Sencillez como referencia. La primera opción financiera, el Core, deben ser las más sencillas, liquidas y flexibles, manteniendo un nivel exigente de beneficio-coste, o beneficio-riesgos. Solo aquellas soluciones complejas que aporten valor añadido serán consideradas.

 

 

2. DEFINICION DE OBJETIVOS FINANCIERO



El proceso de definir los objetivos dará lugar a un posterior traspaso de estos a una estrategia inversora. Y este proceso se caracterizará por ser modular o por partes, en una secuencia básica como:

 

1.      Identificar objetivos financieros familiares.

 

2.      Traducir los objetivos en parámetros financieros. Referencias.

 

3.      Convertir los parámetros en Estrategias concretas (varias).

 

4.      Diferentes objetivos deben dar lugar a diferentes carteras implementadas.

 

 

La primera pregunta por hacerse es qué quiero hacer con el patrimonio. Qué disposición quiero hacer en mi vida y en qué momentos.

Eso dará lugar incluso a más de una alternativa por persona o GF. Desde maximizar para la jubilación, generar fondos para nuevos proyectos empresariales, gastar, donar, dejar herencia y trascender, beneficencia...

Para ello es necesario conocer al cliente, GF y ayudar a conocerse, si es posible. Y en este paso es fundamental descubrir y compartir con el cliente dos aspectos fundamentales:

 

1.      PERFIL DE RIESGO.

 

2.      HORIZONTE TEMPORAL.

 

 

EL PERFIL DE RIESGO: es un aspecto fundamental en la toma de decisiones de inversión, porque este perfil nos permitirá alcanzar determinadas rentabilidades con ayuda del horizonte temporal y en su caso, todo lo contrario. Para ello, hay que ser realista y tomar un papel educador y aclarador por parte del gestor, que permita aceptar el riesgo más conveniente y objetivo. Para ello debemos tomar en cuenta dos aspectos diferentes e importantes:

 

·        Capacidad de riesgo. Es una característica netamente financiera y objetiva, correspondiente al grado en que una persona o el propio plan financiero puede soportar el impacto de eventos negativos e inesperados que afecten al plan estratégico. Es una capacidad de resiliencia.

 

·        Tolerancia al riesgo. Es completamente subjetivo y responde al nivel de riesgo dispuesto a asumir por la persona, normalmente correlacionado con sus conocimientos o cultura financiera. Es una capacidad de aguante: “umbral de insomnio”.

 

El perfil de riesgo tiene otro componente determinante, y es el perfil de riesgo requerido que corresponde al que debemos asumir en base a los objetivos que queremos alcanzar financieramente. Se suele medir con la FEM (frontera eficiente del mercado) o la ratio sharpe.

 

La capacidad de riesgo se suele medir con las simulaciones de Montecarlo y la tolerancia al riesgo, al ser subjetivo, se suele usar cuestionarios, como los utilizados en test de idoneidad y conveniencia Mifid.

 

El nivel de riesgo de las inversiones, de manera básica, distingue entre dos categorías principales: renta fija corto plazo y renta variable, los cuales se ven afectados de manera diferente por dos riesgos importantes de las inversiones:

 

·        Inflación.

 

·        Volatilidad.

 

 

Sin obviar los impuestos, las personas suelen ignorar o infra ponderar la inflación y dar por el contrario demasiada importancia a la volatilidad (que es distinto de riesgo).

 

Sin embargo, la solución para los inconvenientes de la volatilidad y de salvar favorablemente la inflación vendrán con la aceptación de horizontes temporales largos en las inversiones en activos financieros y reales que queramos hacer. Solo los objetivos más cercanos deberán tener en cuenta estrategias menos volátiles y, por el contrario, los objetivos alejados o los que trascienden incluso nuestra vida, se verán favorecidos de estrategias volátiles controladas, que también salvará la inflación general.

 

Por último, es necesario comprometerse con una cultura de medición de los resultados, con presupuestos y referencias que nos permitan saber la evolución de la estrategia que nos propongamos.



3. GESTION UNIGENERACIONAL-MULTIGENERACIONAL


 

La diferencia entre una y otra hace referencia a la orientación que se le da en la estrategia de planificación patrimonial de la familia o grupo familiar GF. Y esa orientación viene resumida con el interés porque el patrimonio generado en la vida profesional o empresarial trascienda a otras generaciones o sea utilizada preferente o únicamente en la vida de la familia generadora. Es hacer, en este último caso que la herencia no se convierta en un error de cálculo.

 

Podríamos catalogar a la gestión unigeneracional de gestión orientada a la distribución. Y en ese sentido encontrar una serie de patrones o características de esta:

 

·        Horizonte temporal normalmente menor a 20 años.

 

·        Niveles de gastos más elevados con el objetivo de no dejar patrimonio.

 

·        Menor tasa de retorno sobre las inversiones, apostando por seguridad y menos volatilidad.

 

·        Plan de inversión y planificación sucesoria más simples.

 

 

Los principales objetivos de esta orientación serán dos posible:

 

1.      Mantener el nivel de vida en términos reales durante la propia vida: mantener el poder adquisitivo. Es decir, tenemos en cuenta la rentabilidad y la inflación.

 

2.      Mantener unos ingresos estables con una gestión que preserve el valor nominal del patrimonio. Es decir, mantener el nivel de capital y patrimonio.

 

 

En el caso de querer mantener el nivel de vida y poder adquisitivo, se puede hacer una orientación operativa de un nivel de gasto corriente tras impuestos en torno al 4-5 % de los activos con periodicidad anual, incrementados cada año en la inflación esperada o real.

En este caso el nivel de tolerancia al riesgo será muy conservador, requiriendo una exposición a rentabilidad-riesgo que no obliga a tasas de rentabilidad superiores a 4-6% anuales.

El objetivo es disfrutar de la jubilación, permitiendo que el patrimonio financiero y patrimonial decrezca con el tiempo.

En el caso de querer mantener ingresos estables el objetivo se materializa con una estrategia que busque mantener unos flujos de caja estables que permitan mantener al menos el valor nominal de activos y patrimonio. Ello se compagina con un nivel de gastos o nivel de vida contenidos o incluso reducidos conforme pasan los años, teniendo como referencia una rentabilidad superior, en torno a 4.5-8% anuales que permitan mantener el nivel de ingresos reales salvando la inflación.

El nivel de tolerancia al riesgo será moderado, con un nivel de gastos corriente después de impuestos de 2-4% de patrimonio y un control del gasto que no sea superior a 4% del nominal de activos financieros año.

 

 

En el caso de optar por una gestión orientada al crecimiento, es lo mismo que tomar una estrategia multigeneracional, porque de un modo u otro nuestra decisión generará un patrimonio financiero y patrimonial que trascenderá nuestras vidas, ya sea con un fin hereditario o no.

En estos casos el horizonte es tan a largo plazo como indefinido, con niveles de gastos controlados y con un perfil de riesgos requerido superior al de las alternativas anteriores, que obligarán a realizar mayoritariamente inversiones a largo plazo.


En estos casos la gestión del impuesto de patrimonio (IP) y sucesiones (ISD) son claves y a tener en cuenta de cara a preservar el capital para futuras generaciones.

 

Los patrones o guías de esta estrategia son:

 

1.      Mantener el valor real y poder adquisitivo per cápita del patrimonio.

 

2.      Mantener una tendencia de crecimiento real del patrimonio.

 

 

En estos casos el gasto después de impuestos debe ser tendente a cero sobre los activos financieros no superando el 3%, con una tolerancia moderada al riesgo, que es posible conseguir con el horizonte temporal a nuestro favor, y con unas rentabilidades requeridas de entre 5-10%.


En el caso de querer que el patrimonio crezca nos colocaremos en un nivel de gastos lo más cercano a cero con tolerancia al riesgo más agresiva y rentabilidades más cercanas a 10% y por encima.


Son muy importantes tener en cuenta, en cualquier caso, las fugas de capital, entendidas como salida o pérdidas del patrimonio familiar que erosionan la capacidad financiera. Sin nombrarlas todas, dentro de ellas debemos diferenciar aquellas de las que podemos tener control de las que no. De las primeras las más importantes son los gastos personales, las comisiones de gestión del patrimonio y los honorarios de los asesores contratados. Sin embargo, de los costes que no controlamos, no quiere decir que no hagamos nada con ellos, sino que no dependen directamente de nuestras acciones, pero si el resultado depende de nuestras omisiones. En estos destacaríamos inflación, riesgos legales, tasas de crecimiento intergeneracionales y los impuestos.

 

A modo de conclusión, desatacar varios aspectos:


·        Es difícil o casi imposible hacer crecer el patrimonio con sólo rentabilidad. Es necesario y fundamental el AHORRO en el periodo donde este más se puede generar.

 

·        Las estrategias menos conservadoras se hacen obligatorias en el caso de buscar la TRASCENDENCIA.

 

 

4. DEFINICION DE LAS ESTRATEGIAS DE INVERSION


 

Las estrategias de inversión que podamos elegir para desarrollar la planificación personal y del GF, estarán condicionados por una serie de factores:

 

·        El RENDIMIENTO y el RIESGO que se desea obtener.

 

·        El TIEMPO disponible para gestionar el patrimonio.

 

·        El nivel de la EXPERIENCIA y CONOCIMIENTO.

 

 

Pero de una manera básica destacaremos tres estrategias, no excluyentes, que se suelen utilizar:

 

1.      Indexación.

 

2.      Gestión táctica, entendida como búsqueda de alfa.

 

3.      Core-Satélite.

 


Un aspecto fundamental, y relacionado con las anteriores estrategias es la de tener en cuenta la diversificación, como condición necesaria, pero no suficiente.

Y es que otras nuevas teorías han dejado como insuficiente la Teoría Moderna de Cartera TMC, que hasta entonces supone que:

 

·        Los inversores son racionales: homo economicus.

 

·        Los inversores pretenden y son capaces de optimizar una función de utilidad.

 

·        Los inversores tienen una tolerancia al riesgo uniforme.

 

·        La rentabilidad y la desviación estándar por sí solas explican la cartera óptima.


 

La realidad y la teoría de las finanzas conductuales, ha demostrado que lo anterior no es correcto y que el inversor…

 

·        Tiene comportamientos irracionales habituales y recurrentes.

 

·        Ni manejan ni conocen cual es la función de utilidad apropiada de sus inversiones.

 

·        La tolerancia al riesgo no es uniforme. Depende de los objetivos y nivel de riqueza de cada persona.

 

·        La tolerancia al riesgo además cambia de manera asimétrica a lo largo del tiempo y por circunstancias subjetivas.

 

 

Además de que…

 

·        El mercado y los activos que lo componen no siguen una distribución normal. La mayoría de los activos contienen asimetrías en sus rendimientos y kurtosis en sus riesgos.

 

·        Las desviaciones estándar y la correlación no son los únicos parámetros que definen el riesgo de las carteras: liquidez, apalancamientos y otros no están explicados por DS.

 

 

·        El mercado no es eficiente, y por tanto no es modelizable. La rentabilidad, desviación estándar y correlación no son estables en el tiempo, fluctúan.


 

Es por tanto que la Teoría del Comportamiento ha venido a modificar de manera importante TMC por una TPC, que nos interpela sobre aspectos como…

 

·        ¿es apropiada medida de riesgo la DS?

·        ¿la rentabilidad sigue una normalidad?

·        ¿tienen los inversores la capacidad y única opción de optimización en la ratio rentabilidad-riesgo?


 

Las respuestas que da la experiencia es que el inversor, puede asustarse por la volatilidad, pero lo que le da miedo y lo que mide el riesgo son las máximas caídas que puedan experimentar: downside risk, o máxima pérdida esperada en un horizonte de tiempo.

Lo que importa no es una rentabilidad concreta, sino la probabilidad de que la cartera no alcance a cubrir los objetivos vitales que han generado la estrategia. Rentabilidad mínima requerida es la referencia real para seguir, completamente subjetiva y dependiente de cada inversor.

La normalidad no existe. La ratio rentabilidad-riesgo se aborda desde simulaciones de Montecarlo.


Conclusiones:

 

·        Incertidumbre no es lo mismo que riesgo. Puedes tener incertidumbre y aceptar volatilidad, pero no determinados riesgos.

 

·        Las carteras tienen más riesgos de los que indican los parámetros de TMC.

 

·        Las carteras deben tener muy en cuenta las restricciones personales de liquidez y no solo el HT determinado.

 

·        Se ha de gestionar el riesgo de cola o evento. (posibilidad de eventos inesperados y negativos).

(ejemplo de Madoff, es un caso que describe empíricamente la diferencia entre volatilidad y riesgo).

 

Y el mercado nos presenta los siguientes desafíos….

 

·        Nuevas políticas monetarias QE y fiscales expansivas. Creación de dinero y deuda.

 

·        Estancamiento secular de crecimiento mundial.

 

·        Globalización de los mercados de activos.

 

·        ¿Se pueden mantener las correlaciones históricas de activos? Bonos-acciones. (inflación +3%)

 

·        (Aceptación de la Teoría de la Complejidad).

 

Todas estas conclusiones y situación de los mercados han llevado a la necesidad de asumir más riesgo para alcanzar rentabilidades anteriores más accesibles, donde la frontera eficiente se ha aplanado y la represión financiera se convierte en común, el inversor toma cada vez más riesgos.


 

Las estrategias de inversión en las carteras…

 

1.- Indexación

 

La referencia principal debiera ser la indexación, debido a que cumple como ninguna otra uno de los requisitos básicos: sencillez. Aplicar y ejecutar esta estrategia se hace siguiendo los pasos de:

 

 asignación de activos>selección de índices>reequilibrio y rebalanceo.

 

La estrategia de asignación de activos, para la que el largo plazo es fundamental, tomará como referencia los datos históricos de rentabilidad para buscar los índices más rentables con menor volatilidad posible y sobre todo menor coste.

 

 Buscará también la diversificación de índices, temáticas, factores y zonas geográficas.

El reequilibrio y el rebalanceo consistirá en mantener en el primer caso porcentajes y proporciones de activos, comprando los que caen y vendiendo parte de los que suben. El reequilibrio no se realiza con la intención de ganar más, aunque esto se consiga, sino proteger la cartera consolidando rendimientos.

 Mientras el rebalanceo buscará rebajar la volatilidad en las etapas más cercanas al final de los objetivos marcados, buscando conservar los rendimientos acumulados durante años. Lo normal es empezar las carteras, cuando estamos alejados de los objetivos marcados, con niveles de renta variable superiores, reduciendo entre 15 y 5 años de la fecha objetivo con mayor o menor agresividad en fusión del perfil del inversor.

 

La periodicidad del reequilibrio una vez al año, semestral o cuando el exceso pase niveles programados (ej. 5%). Es aconsejable en el caso de hacer las dos cosas, hacerlos coincidir.

 

2. Gestión táctica.

 

Tendrá como objetivo principal la búsqueda de una rentabilidad adicional, buscar alfa, siendo más compleja y sofisticada, también más cara y con necesidad de más tiempo de dedicación en seguimiento y monitorización. Esta puede generar falta de liquidez en casos en los que la permanencia en la inversión es obligatoria o conveniente.

 

Una de las mejores alternativas es la gestión alternativa, que mejora la diversificación por la descorrelación, y se beneficia de las ineficiencias del mercado. (mejoran la frontera eficiente desplazándola a la izquierda). Requerirá un nivel de tolerancia al riesgo superior.

 

Las expectativas de alcanzar alfa, se fundamentará en la capacidad de encontrar el talento de gestores que de manera consistente consiguen esa rentabilidad extra con niveles de riesgo normales. Esa capacidad y habilidad por obtener resultados por encima del mercado no serán consecuencia de ocasionalidad, sino que tenga evidencias de históricos y track-récords contrastados. El peligro de medir el alfa es su posible componente subjetivo, si bien los resultados con contrastables.

 

El coste es uno de los componentes negativos de la gestión táctica que supone la búsqueda adicional de rentabilidad en el interés de alcanzar alfa. Por ello el alfa debe tenerse en cuenta neto, descontado los costes incurridos para alcanzarlo.

 

El riesgo de la gestión de activa se manifiesta por el propio hecho de querer desviarse de la referencia del índice; aceptando que la incertidumbre existe, asumimos posibles caídas o pérdidas compensables con mayores rentabilidades en ese alejamiento del índice, medido por el tracking error. Ello no implica relaciones proporcionales que supongan que mayor TE consigan mayores rentabilidades.

 

La tolerancia al riesgo mayor, necesaria en este tipo de inversiones, supone una capacitación en la templanza-paciencia, para que el intercambio de las expectativas subjetivas de inversor para obtener alfa y su nivel de tolerancia para el riesgo de caídas sea la conveniente.

 

 

3. Core-Satélite.

 

Por último, el modelo CORE-SATELITE, se convierte no solo en alternativa de las dos estrategias anteriores sino en modelo de conjunción de ambas. Es un modelo bipolar, en el que el corazón de la estrategia suponga elecciones indexadas y económicas, con el valor que supone en el largo plazo la capitalización de menos costes. Y, por otro lado, las “apuestas” de búsquedas de rentabilidades superiores en el alfa de estrategias alternativas. Se mejora la rentabilidad y se compensan los costes.

 

 

A modo de conclusión:

 

Core:

o   Estrategia pasiva: ETF´S y fondos indexados.

o   Estrategia activa: búsqueda de alfa y baja correlación.

 

Satélite:

o   Estrategias no direccionales: valor relativo (rentabilidad consistente, pero baja)

o   Estrategias direccionales: Long-short y macro.

o   Activos reales: REIT´s y commodities.

o   Private Equity: capital riesgos. LBO´s.

 

Debemos tener en cuenta que las estrategias de Core son de carácter estratégico y largo plazo, estables; mientras las estrategias satélites son o pueden ser más tácticas. Debemos tener muy claro lo que esperamos de cada una de ellas y dejar que estas se desarrollen, y para evitar problemas mantener unos niveles de inversión líquidas para eventualidades.

 

Las referencias de rango entre unas y otras son 60-80% Core y 40-20% Satélite. Dentro de esto, en torno al 45% de la renta variable debe estar en la gestión pasiva y Core.

 

La diversificación en la parte Core es fundamental, invirtiendo en el mundo en una o varias inversiones distintas, minimizando costes y con la aceptación de la desprotección en las caídas del mercado.

Mientras la parte activa buscará capturar las subidas del mercado y preservar capital en situaciones de caída.



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