FLUIR...
- yosorep
- 13 jun 2020
- 15 Min. de lectura
Tener una vida plena de felicidad y satisfacción no puede copiarse en una receta; es consecuencia de una creación y esfuerzo individual. Sin embargo existen principios o pautas generales para poder desarrollar nuestra receta....
Esta sería la idea que es desarrollada en profundidad por el psicólogo Myhaly Csikszentmilahaly en su trabajo de años, en su libro Flow, subtitulado como: una psicología de la felicidad.
Su trabajo, conocimiento y experiencia es base fundamental de la denominada psicología positiva desarrollada ampliamente desde finales del siglo XX.
Me disculpo de antemano por lo extenso de la entradas y por el número de ellas que pretendo hacer. Considero un básico y necesario para leer. No es un libro de autoayuda.
REVISANDO EL CONCEPTO DE FELICIDAD.
MC empieza tu trabajo haciendo una revisión del concepto de felicidad, que ya en la Grecia clásica de Aristóteles concluye que los hombres y mujeres buscan la felicidad sobre todas las cosas, de manera generalizada en factores externos como la salud, la belleza, la riqueza y el poder...Pero más allá de esto no se ha avanzado demasiado 23 siglos después. Y la sensación de las personas aun sigue siendo igual en muchos casos. Que tras años de vida quedan con el sentimiento de haber malgastado sus vidas, y sus vidas han transcurrido entre la ansiedad y el aburrimiento. En definitiva, sin sentido.
Las preguntas que se hace MC apuntan a intentar reconocer si es debido al carácter de insatisfacción de la condición humana, el deseo de obtener más o de buscar en el lugar equivocado...A todo ello da respuesta MC con sus estudios y el uso de herramientas de la psicología...
Parte de una idea importante. La felicidad no es algo que sucede. No es un descubrimiento. No es cuestión de la buena suerte o del azar. No depende de acontecimientos externos, sino más bien de cómo los interpretamos de manera individual, y de nuestro propio carácter y las cosas que dependen de nosotros - visión muy alineada con el estoicismo, como veremos...- Es una condición vital que cada persona debe cultivar, preparar y defender de manera individual; controlando la experiencia interna determinaremos la calidad de nuestra vida.
Pero el objetivo en si no debe ser la felicidad. La felicidad, deseable, debe alcanzarse de manera indirecta. Y Viktor Frankl - del que hablaremos en futuras entradas- en su obra El hombre en busca de sentido...nos lo dice así:
"No aspiren al éxito: cuanto más aspiren a el y más lo conviertan en su objetivo, con mayor probabilidad lo perderán. Puesto que el éxito, como la felicidad, no puede conseguirse, debe seguirse...como si fuese el efecto secundario no intencionado de la dedicación personal a algo mayor que uno mismo".
En esta idea VF introduce una idea fundamental del comportamiento y el espíritu personal: la trascendencia. El valor más allá de para uno mismo de las cosas que hace y que repercute en los demás,que a modo de una iatrogenia positiva, genera valor positivo para el sujeto de dicha acción.
Pero la idea no debe quedarse en una especie de actitud pasiva como el autor ha conseguido demostrar en los 25 años de estudio. Es importante y fundamental, el control personal e individual de los contenidos de nuestra conciencia. Y esto sin dejar de tener claro ni obviar , que nuestro destino está determinado por un innumerable ,y de manera primordial, condiciones externas a nosotros mismos, sobre la que en la mayoría de las veces ni tenemos opción de influir. Están dadas.
El control sobre las acciones; sobre lo que depende de nosotros nos permitirá momentos especiales en los que nos consideramos dueños de nuestro propio destino. Esta situación es la que denomina experiencia óptima. Es la experimentación de una epifanía bajo control de nuestra conciencia frente a las fuerzas externas que condicionan nuestro destino. Pero su singularidad es que hacemos nosotros que suceda: oportunidades y desafíos que permiten expandirnos como personas. Suelen suceder en momentos en los que nuestra mente y/o nuestro cuerpo han llegado o han sido puestos a límites en un esfuerzo voluntario para conseguir algo difícil que vale la pena. Es alcanzar en algunos casos incluso grados especiales de perfección o maestría. Y esta experiencia óptima se basa en el concepto fundamental de la teoría y de este libro: el flujo. " El estado en el cual las personas se hallan tan involucradas en la actividad que nada más parece importarles; la experiencia , por sí misma, es tan placentera que las personas la realizarán incluso aunque tenga un coste , por el puro motivo de hacerla"
Repasando.
Toda la literatura y el trabajo hasta el momento en que MC se enfrenta a esta empresa era de contenido profesional y para especialistas. Pero ahora se revela para el público en general y las actividades de las personas en su actividad cotidiana. No es un libro How to…, sino que evitando las conclusiones parciales, busca reconocer y concienciar que la experiencia óptima depende de la capacidad de controlar lo que sucede en nuestra conciencia momento a momento, cada persona, y con el propio esfuerzo y creatividad.
El libro, Flujo, examina el proceso para conseguir la felicidad y se apoya en innumerables ejemplos y casos estudiados en 25 años a nivel mundial; es una trabajo 100% empírico. Y en todos los casos el control de la vida interna, la conciencia y su control, será la guía para conseguir los estados de fluidez y experiencia óptima que se describen en todas las historias presentadas y que nosotros mismos somos capaces de reconocer. El orden en la conciencia, que sucede cuando la energía psíquica o atención, es utilizada para obtener metas realistas y cuando las habilidades encajan con las oportunidades para actuar, será la que nos permita alcanzar un control sobre lo que hacemos (feedback), que permita olvidarnos en determinados momentos del resto del mundo y de los problemas que nos rodeen, superar desafíos que llegarán a ser los mejores momentos de nuestras vidas. La persona que logra controlar la energía psíquica y la controla de manera consciente en favor de una meta, no puede más que desarrollarse y convertirse en un individuo más complejo adiestrado en habilidades singulares y convertirse en personas extraordinarias.
Todo esto comporta una serie de información y pautas sobre:
Funcionamiento y control de conciencia.
Desafíos: mejores momentos de nuestra vida.
Condiciones de la experiencia de flujo.
Habilidades físicas y sensoriales.
Habilidades simmbólicas.
Habilidades simbólicas.jo en actividades que produzcan flujo.
Relaciones familiares y amigos.
Disfrutar de la vida ante y con la adversidad.
Las reglas son claras y alcanzables, pero la teoría no hace fácil la práctica. Sin embargo la conciencia de todo ello podrá permitirnos alcanzar una oportunidad de una vida que valga la pena vivir.
El descontento y la frustración.
Un factor muy relevante en todo el proceso de flujo óptimo es tener presente los obstáculos que lo impiden, que evitan la realización y que son parte de la condición humana.
Y es que el universo no se ha creado para favorecer la satisfacción humana. La frustración está de manera profunda instalada en la condición del hombre. Es claro que cuando alguna de nuestras necesidades está cubierta, aunque sea de manera temporal, buscamos y nos creamos la necesidad de alcanzar otra , en un proceso de insatisfacción crónica que las distintas culturas a través de la historia ha intentado salvar con diversos instrumentos protectores: religiones, filosofías, creencias, y comodidades varias...
Las personas que buscan otros escudos protectores contra estos casos de frustración se agarran a medios más materiales maximizando su placer, a través de la riqueza, el poder, el sexo, que en ningún caso han demostrado mejorar la calidad de vida.
"Solo el control directo de la experiencia y las habilidades para encontrar alegría de momento a momento en todo lo que hacemos puede superar los obstáculos en el camino hacia la realización".
Pero volviendo atrás, hemos de reconocer en primer lugar la realidad de que el universo no tiene un diseño cómodo para el hombre. No se comporta de una manera azarosa en el sentido matemático abstracto. Simplemente los procesos naturales no tienen en cuenta los deseos humanos. Como también dice J.H.Holmes, "el universo no es hostil, pero tampoco es amigable; sencillamente es indiferente".
La realidad vivida recientemente, nos confirma que cada vez que evitamos un peligro, una amenaza nueva aparece, más sofisticada, Y aun siendo capaz en algunos casos de buscar un invento, substancia o producto,...entra en funcionamiento el concepto de iatrogenia que Taleb defiende. El efecto secundario de la solución empeora otro aspecto o crea otro desorden. Las armas, medicinas, virus, etc... creados en muchos casos como defensa y solución se vuelven contra nosotros...En definitiva, la tierra puede ser nuestro único hogar, pero con trampas pendientes de saltar en cualquier momento. Aquí el concepto de antifragilidad del mismo Taleb, tendría algo sugerente e importante que decir, pero que ahora aparcaremos...
John Stuart Mill escribió:
" No son posibles los grandes cambios en el destino de la humanidad hasta que tenga lugar un gran cambio en la constitución fundamental de su modo de pensar".
Entiéndase, pues, que seremos felices en tanto seamos capaces de alcanzar una armonía interna que interprete positivamente las experiencias cotidianas. No dependerá del control de las fuerzas del universo. Debemos conocer, aprender y adaptarnos para mantener nuestra supervivencia física. Pero sobre todo, debemos aprender a conseguir el dominio de la conciencia.
Cada uno de nosotros puede tener una idea, aunque vaga, de lo que le gustaría conseguir antes de morir. Pero ello depende mucho de las circunstancias donde le toca vivir. País, cultura, posición social, etc...Como nos indicara Maslow, cuando las necesidades básicas de sobrevivir están colmadas, sentimos nuevas necesidades que en muchos casos se han demostrado creadas. Esto genera una paradoja importante. Las expectativas en alza. Conformen nuevas necesidades mejoran nuestra calidad de vida las metas nos parecen mas lejanas e inalcanzables. Nuestro bienestar lo creamos y modificamos nosotros sesgados a la insatisfacción. Ello conlleva el no disfrutar del camino, del momento a momento de la vida. De obtener la satisfacción presente y se genera una expectativa de mejora de calidad de vida convertida en tarea inacabable.
Inherentemente no tenemos por qué pensar que el deseo de mejora sea malo, mientras sea consciente y disfrute del momento y el esfuerzo. El problema es la obsesión y la consecuente pérdida de disfrute en el presente y de estar contento.
Sin embargo hay personas que controlan sus vidas y se protegen contra la amenaza del caos. Personas con ganas de vivir, abiertos a nuevas experiencias, que aprenden cada día hasta el día de su muerte, con lazos y compromisos con otras personas y el entorno en el que viven. Disfrutan de lo que hacen, no se aburren toman calma en las cosas que le ocurren: controlan sus vidas. Están protegidas contra la amenaza del caos.
La cultura como escudo.
Como también profundiza el historiador Yural Harari en Homo Sapiens, la cultura, y los mitos y creencias en que se materializa han sido siempre una necesidad de la humanidad. Estas han permitido la evolución de los seres humanos y les han protegido o dado seguridad frente al caos del universo y del mundo al que se enfrentaban. Les ha permitido su supervivencia y desarrollo frente a la soledad del cosmos. Les ha hecho sentir en distintas épocas de la historia sentirse el pueblo elegido y el centro del universo. Un orgullo cultural que generaba una falsa sensación de seguridad, que en muchos casos además de falsa se ha vuelto en su contra. Ha sido una trampa. Cuando pensaban que el progreso sólo les facilitaría la vida y que todo sería más fácil, han perdido el valor propio y la determinación que después les ha hecho falta ante los inevitables cambios que han sobrevenido.
En el plano más cercano de nuestro día a día no es difícil encontrar desencanto y apatía , además de efectos de ansiedad en la sociedad y las personas que nos rodea. Un malestar general que en realidad no es debido, al menos directamente a causas externas. Son las causas internas, y las propias personas e individuos los que desarrollan o tienen la capacidad de poder y saber enfrentarse a ese día a día. La realidad es que las personas genuinas en su felicidad son pocas y dispersas. Y muchas creencias, mitos y tradiciones ya no son suficiente ni tienen el valor de escudo de hace siglos atrás, en el que los problemas eran más básicos y vitales.
Esta falta de orden interno es una manifestación de la condición subjetiva humana que denominamos ansiedad ontológica o angustia existencial. La definiremos como un miedo de ser por no reconocer sentido en la vida. No somos capaz de mirar dentro de nosotros mismo y conocernos, y fuera vemos que de ningún modo este mundo rico, científico y avanzado puede darnos la felicidad. Creamos esperanzas que vendrán en el futuro y cuando no hemos sido capaces de encontrar el sentido de la vida que nos describe Viktor Frankl , reconociendo cuales son nuestros valores, la trascendencia que nuestra existencia puede suponer y el legado que todo persona puede ser capaz de dejar, nos enfrentamos a la evidencia natural de todo viviente y que tampoco queremos afrontar conscientemente: memento mori, que dirían los estoicos. Recuerda que has de morir....
Algunas personas toman un camino fácil que tarde o temprano lleva al mismo sitio que a todos y se aferran a un materialismo, vacío, que cambia placer por plenitud y satisfacción: poder, dinero, fama y propiedades...Cosas que no son malas por sí mismo. Nosotros las hacemos malas en el sentido que le damos y el uso. Serán provechosas también si somos capaces de reconocer que no son imprescindibles ni fundamentales para la calidad de vida ni la felicidad.
En otros casos tomamos otra serie de medidas parciales que como todo lo parcial, al no ser pleno, no soluciona el problema. Así solucionamos los problemas amenazantes de nuestro deterioro corporal con cirugías, dietas, y ejercicio físico..., que sin ser tampoco malos per se, no tienen sentido si no reflexionamos que deben ser un hábito por su bondad propia y disfrute, no por resolver una circunstancia ineludible. Así pasa con el estudio de autoayuda y la "espiritualidad práctica". Y con las relaciones personales pasa lo mismo....Todo esto tomado en este sentido nos hará preguntarnos de manera continua , ¿es esto todo lo que hay?.
La religión se ha revelado como una opción o camino en este sentido de dar seguridad a las personas en agarrarse a un sentido de su existencia. Y han tenido un éxito y valor en determinadas épocas, sobre todo pasadas, sin obviar el que hoy todavía tienen. Sin embargo el sentido propio de la palabra religión, de religare, debería referir a la unión o comunión de las personas, y los directores de las iglesias ser orientadores de una búsqueda de ese sentido vital, que sin tener que renunciar a Dios, al que históricamente conocemos, debe dar lugar a una relación de inmanencia como conocimiento propio de la persona y encuentro de Dios, que existe en nosotros mismos ,y a la vez en una trascendencia hacia las personas y el mundo que nos rodea, donde también está Dios. Y todo en una relación interreligiosa de Alteridad con respeto al otro y sus creencias. En una síntesis de todo lo bueno que todas las religiones y personas podemos compartir.
En general a pesar del progreso de los últimos dos siglos y la aceleración del mismo cada década, podemos aseverar que mientras la humanidad ha incrementado colectivamente sus poderes materiales cientos de veces, no ha avanzado en mucho en términos de mejorar el contenido de la experiencia de la vida.
Necesidad de recuperar la experiencia.
Visto como determinados valores, creencias o incluso instituciones han dejado de ser un marco modelo de referencia o apoyo, la persona no debe cejar de encontrar el instrumento a su alcance para encontrar sentido a su vida. Pero para ello la psicología ha presentado alternativas que pasan de mirar al pasado como las freudianas a las propias de la técnica de la logoterapia del V. Frankl.
Personalmente entre todas me inclino por aquellas que para poder sobreponerse frente a las ansiedades, presiones, prisas y depresiones de la sociedad actual, debemos tomar una actitud de independencia de la sociedad actual. No vivir de espaldas, sino hacer que el entorno social no nos bloquee o nos impida tomar las mejores decisiones, eficaces para nosotros mismos y los demás. Y aquí es fundamental el independizarse de las recompensas y castigos de nuestro entorno social y pasar por una autorrecompensa y autonomía del individuo. Es encontrar disfrute y propósito en las cosas que hacemos , alejadas de y obviando las circunstancias externas.
No es fácil. Requieren disciplina y perseverancia, y una capacidad y valor para conocerse y reconocerse, pese al vértigo que pueda dar. Pero es a la vez fácil, pues está al alcance de cada uno. Depende de nosotros mismos. Pero hay que conseguir una cambio drástico que valore definitivamente qué es lo importante y lo que no es, y dejarse llevar hoy día es lo más cómodo y fácil. Aunque no vivamos nuestra vida. La única que tenemos...
En este último sentido estamos influidos desde siempre por condicionantes genéticos y necesidades biológicas, que aunque parecen imposibles y pasan inadvertidas están ahí. Como ejemplo, la supervivencia hace que nos gusten las personas, normalmente del sexo contrario en orden a procrear y sentimos placer en comer por la necesidad de vivir que requiere de la alimentación. Ser autónomo pasa por ser conscientes de todo ello y de todos los sesgos cognitivos que nos rodean. No van a dejar de existir o aparecer, pero ser conscientes de ellos y enfrentarlos, nos permitirá ser autónomos y darán la oportunidad de control sobre ellos.
No se trata en definitiva de soslayar todo lo que culturalmente hemos aprendido. Como por ejemplo el creer que lo que más cuenta en nuestras vidas es el futuro, como nos enseñan nuestros padres en la educación o profesores en las escuelas. O desautorizar el para mí práctico poder de posponer ciertas gratificaciones. Esto funciona y tiene su sentido. Pero ser autónomo y consciente pasa por reconocer el presente haciendo caso a las palabras del filósofo norteamericano Ralph Waldo Emerson:
"Nosotros siempre estamos luchando por vivir , pero nunca vivimos"
La socialización humana y la participación en una sociedad libre y dentro de un sistema dependiente es necesario. Los controles sociales, como externalidades están ahí y tienen su función con un papel de predictibilidad de los comportamientos humanos y control de los mismos. Las normas y las leyes, en tanto naturales deben ser una base de comportamiento y convivencia, pero no deben ser la base para la falta de propósito y destino individual y que cada vida sea presa de una alienación, complacencia y conformismo.
Volviendo a los condicionantes naturales, tanto genéticos como biológicos, la opción de la liberación por el instinto es también y sobre todo falta de autonomía. No podemos negar los hechos de la naturaleza, pero debemos intentar mejorarlos, controlarlos si queremos ser felices y plenos. El instinto nunca puede ser una autoridad de nuestro comportamiento. La falta de conciencia nos aleja de la libertad y nos acerca a la posibilidad de la manipulación por parte de otros interesados. La historia y por desgracia aun el presente nos lo demuestra cada día. La política y el marketing conocen de sobra todo ello. Sin el control de los instintos no hay independencia sana (en la sociedad). La predictibilidad que busca la socialización ayuda a que otros exploten nuestras preferencias para sus fines propios. Nuestros deseos son las recompensas de otros en una trampa de los controles sociales. (Sobre este tema ya hice una entrada anterior).
Salvar esta trampa que supone el efecto colateral de la socialización, es eludir de una dependencia de un sistema social que explota nuestras energías para propósitos propios y personales de algunos individuos. No se trata, vuelvo a decir, de cuestionar por completo que dentro de una sociedad, con su complejidad inherente, no debamos trabajar por unos objetivos externos, compartidos y posponer la gratificación inmediata. Lo único, no ser una marioneta de los controles sociales: liberarse de manera gradual de las recompensas sociales y sustituirlas por las propias bajo nuestro poder. Para ello:
Encontrar recompensa en los acontecimientos de cada momento. Sin olvidar el futuro, hemos de disfrutar de la corriente diaria e incesante de experiencias, para regresar a nuestro control del poder: "recoger las recompensas verdaderas de la vida".
Independencia de los dictados del cuerpo y la mente.: "el placer y el dolor suceden en la conciencia y existen solo en ella".
La escuela Estoica tiene mucho que decir al respecto:
"Los hombres no tienen miedo de las cosas, sino de cómo las ven"
Epícteto.
"Si te sientes dolido por las cosas externas, no son estas las que te molestan, sino tu propio juicio acerca de ellas. Y está en tu poder el poder cambiar este juicio ahora mismo"
Marco Aurelio.
Las vías de liberación.
Por último en este capítulo , pero no el final de todo lo que aporta MC, podemos afirmar que el control de la conciencia que se pretende defender no es nada nuevo y desde antiguo se ha tenido en claro que es una vía que determina la calidad de la vida.
Desde el consejo del oráculo de Delfos: "conócete a ti mismo", pasando por la actividad virtuosa de Aristóteles y desarrollada pragmáticamente por la escuela filosófica del estoicismo, en etapas posteriores las ordenes monásticas cristianas occidentales las perfeccionaron y San Ignacio de Loyola las racionalizó y convirtió también en práctica en los ejercicios espirituales. Ya en época más reciente la psicología y el psicoanálisis dio pautas con la diferencia de el Inconsciente criado de los genes junto al Superyó lacayo de la sociedad, opuestos al Yo ocupado de las necesidades genuinas de la persona.
Mientras en oriente, disciplinas del yogui de la India, taoísmo en China o zen budista entre las principales, han permitido un camino de liberación de la vida interna de la amenaza del caos externo y del condicionamiento de los impulsos biológicos. Convertirse en personas independientes de los controles sociales.
Todas ellas han buscado el mismo resultado. Sin embargo por los resultados generales que conocemos, viendo que no hemos progresado demasiado, tenemos que preguntarnos el por qué de estos fracasos. El autor explica dos:
El conocimiento y la experiencia de control no es acumulativa. Es un acervo individual que no se transmite, no tiene fórmula , se aprende a base de ensayo y error , con práctica . No es una habilidad cognitiva como la inteligencia emocional. Es necesario hacerlo de manera continuada, con la colaboración de las emociones y la voluntad, y suele ser lento y no progresivo, necesario de control y modificación de hábitos y deseos.
El conocimiento de control de la conciencia necesita de reformulación. Los contextos en los que hoy se pueden desarrollar las teorías antiguas son muy distintos y el riesgo de caer en modas, ritos vacíos y supercherías es elevado. El punto de partida es muchas veces la única y final referencia.
En definitiva el camino a la libertad y el control de la conciencia no puede institucionalizarse. El riesgo de convertirse en normas y reglas sociales hacen ineficaces las antiguas vías. Mi opinión personal es que con la referencia que queramos escoger, tales vías no considero estén muertas. La síntesis y el compartir lo mejor de cada una de ellas o lo que más nos sirve, puede ser la opción más válida, pero no la única. Recordemos que el objetivo es el control de la conciencia para saltar de ahí al control de la calidad de nuestra experiencia o vida y alcanzar felicidad y satisfacción en nuestra vida. Cada día. A pesar de las dificultades que el mundo-caos exterior nos presenta. Yo soy en tanto me conozco a mi mismo. En cuanto a mi capacidad e interés por reconocerme a través del silenciamiento, la meditación y la trascedente relación con el otro. Se hace necesario conocer a Dios o el Universo en nosotros mismos. Y saber reconocerlo en el otro y en mundo que nos rodea.
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