La Ley es la Justicia. (I parte)
- yosorep
- 2 may 2020
- 10 Min. de lectura
Actualizado: 9 may 2020
Me gustaría desarrollar en entradas posteriores detalles de las obras y aportaciones de todos aquellos que han forjado la Historia del Pensamiento Económico desde el punto de vista económico y político liberal.
Pero para empezar, lo haré por el final de los clásicos. Por el valor de su en realidad desafortunadamente olvidada aportación y la actualidad de la misma, Fréderic Bastiat es el protagonista de esta entrada junto a su esencial y afinada obra LA LEY.
FREDERIC BASTIAT.
Nacido en Bayona en 1801, muere pronto en 1850. Siendo la mayoría de su obra concentrada en los últimos 5 años. Autodidacta influenciado por Smith de su principal discípulo J.B. Say, como indicaba, es el olvidado economista francés más importante de la escuela francesa del laissez-faire.
Sus obras son demoliciones excepcionales y devastadoras del proteccionismo y todas las formas de subvenciones y controles estatales preponderantes de la época - y por desgracia aún- . Defensor del libre mercado sin restricciones; como Smith, también con marcado moralismo, excelente en presentación de fábulas y explicaciones abstractas; adelantado a las refutaciones del Keynesianismo un siglo antes de su existencia.
Quiero reseñar algo que demuestra su moral y clara capacidad económica, con la gran influencia en un tratado cerrado 10 años después de su muerte. El tratado entre Francia y Reino Unido: Tratado Cobden- Chevallier de 1860, que permitió a la mayoría de los habitantes de estos países al acceso de granos y demás alimentos en cantidad y precio para su alimentación y mejora social, y que desde años atrás ocasionó revueltas sociales y reclamaciones populares de derechos, que en muchos casos acabaron en situaciones sangrientas como las de Peterloo en Manchester.
El verdadero hombre no es político; no se preocupa de la sociedad. Se ocupa derribando las barreras proteccionistas y demostrando la relación libertad-progreso-bienestar.
CLAVES DE SU PENSAMIENTO.
Tan simples como acertados, sus pensamientos están basados en dos claves fundamentales expuestas en sus obras y principios. Uno, que todos los intereses legítimos son armónicos ; y por otro, que la sociedad es algo extremadamente complejo, sin posibles soluciones mecánicas y simples. Esto último nos es más que lo que hablé en otra entrada sobre la sociedad abierta: lo social es complejo y no científico. Cualquier intento director en este sentido es pura falacia.
Moralista como Smith, estos principios son catalogados como irreales y confiados, una imagen optimista de la humanidad. Es un complemento de la famosa "mano invisible" de Smith que cree de una manera abstracta y milagrosa en la individualidad de la persona y su influencia en la vida económica a través de la acción humana.
Bastiat defiende que todos los intereses legítimos son armónicos y por ello, la solución del problema social es la libertad. En contra, los antiliberales, defienden la coacción como "solución social", y siendo muchas las opciones de coacción, las formas de política también lo serán.
Pero esta idea de Bastiat no significa confianza ciega en que todos los intereses son armónicos - recuerda, dice los intereses legítimos- , porque la realidad demuestra que las personas siguen sus intereses tanto para hacer el mal como el bien. Los hombres con frecuencia para alcanzar sus fines recurren al trabajo ajeno en vez de al propio:
"El interés personal crea todo aquello en que la humanidad basa su vida y su desarrollo; a su vez, estimula el trabajo y da origen a la propiedad. Pero al mismo tiempo introduce en el mundo esas injusticias que, según su forma, adoptan nombres diversos y que se resumen en una palabra : expoliación. (…) Por el origen común de la propiedad y de la expoliación se explica la facilidad con que Rousseau y sus discípulos pudieron calumniar y trastornar el orden social. Bastaba con mostrar el interés personal, pero por sólo una de sus caras".
Aparece aquí un concepto importante, expoliación, que da lugar a uno principal en esta obra de LA LEY: despojo. Esto es, robo, violencia, engaño, fraude, que el marco institucional deberá combatir. Pero no lo contrario, como suele ocurrir, amparándolo. Y esto último también es tema central de la obra en referencia a la realidad conocida de la Ley como despojo legal y aceptado :
"Existe una expoliación que se ejerce no sólo con la anuencia de la ley, sino con el consentimiento y hasta el aplauso de la sociedad. Esta es la expoliación que puede alcanzar proporciones enormes, capaces de alterar la distribución de la riqueza en el cuerpo social, paralizar por mucho tiempo la fuerza de nivelación que hay en la libertad, crear la desigualdad permanente de las condiciones sociales, abrir el abismo de la miseria y derramar por el mundo un diluvio de males que algunas mentes superficiales atribuyen a la propiedad" .
Por tanto Bastiat no acepta que los intereses sean automáticamente armónicos. Al contrario se concentra en denunciar los intereses que se alejan de la defensa de la propiedad y su usurpación, la expoliación ;y en la condena de sus consecuencias: guerra, esclavitud e imperialismo. Y se aleja de la tentación interesada del socialismo, que defendiendo la existencia de intereses legítimos antagónicos, justifican la intervención política de armonización artificial de intereses sociales. Imposible de lograr. Más peligroso intentarlo.
Como ya sabemos por la experiencia histórica y actual, el socialismo defiende el proteccionismo nacional: hambre y encarecimiento; y la igualdad de oportunidades: igualdad de pobreza e ineficiencia. Ya sabemos hoy día, que la globalización y apertura comercial ha conseguido mayor bienestar a más gente en todo el mundo, allí donde las instituciones económicas y políticas son mínimamente inclusivas y no extractivas. Y en cuanto a la desigualdad, confundida tantas veces con la pobreza, quiere resolverse rasando con una igualdad materialista y utópica que en su búsqueda ha demostrado sólo se puede igualar a la baja. Por contra, el progreso, aún individual, beneficia a todos en distinto grado.
El socialismo no está interesado en comprender; no le interesa que la libertad y la propiedad son paradójicamente los benefactores de los ideales que venden. Pero claro, el director socialista tiene un interés que no descubre, completamente personal, incompatible con el bienestar de los ciudadanos y la valoración de las personalidades individuales, y a costa de la propiedad. ¿No es olvido?.¿No se da cuenta el gobernante que el proteccionismo olvida el bienestar de la sociedad con precios elevados y desabastecimiento? . ¿No se olvida que el principio de la propiedad contribuye a la generalización del progreso y la igualdad hacia mejor del hombre?.
El progreso. Estamos hablando de un fondo común , que si bien en distinto grado beneficia a todos y se acrecienta con el la creatividad humana. ¿Qué pobre vive mejor,...el de España o el de Venezuela?. ¿Y qué rico de los dos sitios?. Y todo ello sin negar la existencia de miserias, pero reconociendo dónde son más importantes, que coincide donde más estado y socialismo hay o ha existido. Y todas imputables no al principio de propiedad, sino al contrario; al de expoliación.
En definitiva, el Estado y sus teóricos, que niegan el principio de los intereses legítimos y armónicos, son los que legitiman y alimentan los intereses no armónicos de la sociedad; la arbitrariedad y la discriminada preferencia de los intereses propios y los grupos de interés de su entorno : privilegios, precios, impuestos, subvenciones,...Se convierte el Estado en dispensador de prerrogativas, sin respetar los bienes y libertades de todos, sino la de algunos.
Y la situación de este tipo de Estado no es estable. Siendo una situación dañina para la sociedad, su control se hace cada vez más complicado en proporción a su tamaño y poder. El Estado que paradójicamente considera a todos los hombres con capacidad de gobernar el país, a la vez los declara incapaces de gobernarse a sí mismos si no es por una élite. Y esta, se apalanca en la creencia del resto del "pueblo" que el Estado es una fuente inagotable e independiente de todas las personas, para generar todo lo que necesitan; ofreciendo a los "ricos" la carga de la generación de recursos, que más pronto que tarde recaerá directa o indirectamente en todo el "pueblo". Las palabras y los sentimientos, la "solidaridad" y la "fraternidad" serán la razón y el motor del expolio sin fin. Pero la realidad es que el Estado no puede dar a su "pueblo" aquello que antes no les haya quitado, con una aplicación de recursos ineficiente, y con destrucción de equivalencia de los servicios : cada cual procurará entregar menos posible y sacar los máximo de las arcas.
¿ Y esto no nos suena hoy?. ¿Qué minoría o sector no reclama su beneficio del Estado?.
¿ Quién no lo espera todo sin aportar nada?. Cada cual reclama su prima, pensión, subvención y la gratuidad en los servicios..…Aquí el error de Bastiat puede ser haber pensado que la gente lo entendería, sería racional y atenuaría las reivindicaciones, solicitando lo que el consideraba el Estado justo y mínimo: Justicia, defensa nacional y obras públicas entre pocos. La realidad ha demostrado el punto aun no conocido al que pueden llegar las solicitudes del pueblo para permitir la coacción política del Estado y el incentivo de los intereses no armónicos.
Y Bastiat señala que en todo caso la causa de todo mal esta en el abuso sobre la propiedad privada:
"No es la propiedad la que debe responder de la desoladora desigualdad que constatamos en el mundo, sino su principio opuesto, la expoliación. Que es la que ha desencadenado en nuestro planeta las guerras, la esclavitud, la servidumbre, el feudalismo, la explotación de la ignorancia y la credulidad públicas, los privilegios, los monopolios, las restricciones, los prestamos públicos, los fraudes mercantiles, los impuestos excesivos y, por último, la guerra al capital y la absurda pretención de vivir y desenvolverse cada uno a expensa de todos".
La armonía no implica que el mercado, como en la vida, pueda darnos todo aquello que pretendamos. Ni que las personas no puedan tener desavenencias. Recordemos que Bastiat confirma que los ordenes sociales son complejos. Pero la armonía se completa cuando no se produce la violación de la propiedad ajena, material o intelectual; y cuando se produce la cooperación humana, más productiva que aislada como así defienden posteriormente otros economistas y filósofos liberales como Von Mises y Hayek.
La intervención siempre creará ganadores y perdedores y estimula la perversión del Estado hacia el despojo y la injusticia social.
Como indicaba en la presentación de Bastiat, este tenía una innata capacidad para poner ejemplos "fabulosos", con una capacidad máxima de reducción al absurdo .Y como ejemplos en este caso de la complejidad humana ,la fábula de lo que se ve y lo que no se ve:
"El ejemplo del hombre cuyo atolondrado hijo rompe una cristal (…). Vendrá el vidriero, hará su trabajo y cobrará seis francos, frotándose las manos y bendiciendo en su fuero interno la torpeza del chico. Esto es lo que se ve. Mas, si por vía de deducción se quiere significar , como sucede con demasiada frecuencia, que es útil romper los cristales porque de este modo circula el dinero fomentando la industria en general, habré de objetar que, siendo cierto semejante teoría se ocupa de lo que se ve, pasa por alto lo que no se ve. No se ve que , puesto que nuestro hombre se ha gastado seis francos en una cosa, ya no los podrá gastar en ninguna otra".
Aquí querría remarcar el coste de oportunidad no solo del empleo más eficiente de la economía particular y sus recursos, sino también y sobre todo el propio de los impuestos.
Y el otro argumento o fábula sobre los fabricantes de velas, que aquí no desarrollo, los cuales exigen al gobierno la protección ante un desleal competidor extranjero: el sol. Reivindican carga de trabajo y ayuda para un sector estratégico, y que las autoridades ordenen cerrar todas las ventanas de las casas, con lo que el consumo de velas se multiplicaría, y con el, el empleo y la prosperidad. No digo mas..., cada uno busque sus casos más actuales....
Ambas son lecciones modestas pero claras de la dificultad de la política económica centralizada y racional, en un sistema complejo. Las deducciones, todas en favor de la libertad económica, son de humildad y modestia ante lo complejo y la posibilidad de la iatrogenia de las decisiones humanas y políticas. Sus efectos laterales, no tienen efecto en muchos casos en el corto plazo, de manera inmediata. Y por tanto la superficialidad no debe cegarnos de los efectos a largo plazo, muchas veces lejanos de los deseables y que en muchos casos socavan la libertad.
En resumen, Bastiat intenta hacer ver que debieran las personas, y los gobernantes que sufrimos, tener en cuenta lo que no se ve y no quedarse en lo fácil: gasto público y recaudación de impuestos. Que tuvieran atención y reconocieran el orden que hace que todo funcione con ciudadanos libres que complementan sus intereses entre sí, satisfaciendo sus necesidades en orden y libertad, con precios baratos, salarios buenos, empleo,...Porque una sociedad libre no se divide en clases antagónicas, sino en relaciones que satisfacen a todos. Bastiat defiende al consumidor frente al productor, las asociaciones libres de empresa o sindicato, nunca obligatorias y subvencionadas. Dejar hacer, libertad con respeto a la propiedad de lo material y de las ideas.
VALOR, PROPIEDAD Y RENTA DE LA TIERRA
Bastiat aplica su principio de armonización de intereses legítimos a la teoría del valor y se desmarca de algunos economistas liberales e incluso influyentes en sus ideas, como Smith.
Para él, el heredero de tierras que sólo recibe rentas no es un simple extractor de beneficios de la naturaleza que cosecha de donde no ha sembrado. Para el es productivo, entendiendo que en las transacciones se paga el trabajo o servicio, y no la acción de la naturaleza sólo. Y defiende que el cuestionarse el valor de la propiedad y el sentido de la renta, es peligroso, pues la extensión de esa creencia ayuda a debilitar el derecho de propiedad.
La utilidad, sustrato del valor, se debe a la acción conjunta de la naturaleza y el trabajo. Y ese valor es la parte de la utilidad que el trabajo comunica o añade a las cosas, de modo que dos cosas poseen el mismo valor cuando quienes las han trabajado las cambian libremente una por otra. Y una persona no aceptaría un intercambio si la cosa que se le ofrece exigiera un trabajo menor del que se le pide a cambio. Dos personas intercambian para recibir servicios equivalentes y en este sentido lo que la naturaleza pone a disposición de todos, no cuenta en el valor.
Podemos ver que disponemos cosas esenciales y útiles, como el agua, necesarias para nuestra vida. La obtenemos del grifo. Pero sin embargo estamos dispuestos a pagar por el servicio de recibirla embotellada. En casa o en la calle o el trabajo. No pagamos el valor del agua en sí, que es lo tomamos. Pagamos el servicio de su disposición embotellada.
En el progreso, el consumidor renumera todos los servicios prestados, las molestias evitadas, los trabajos no deseados, y en muchos casos sobre dones gratuitos de la naturaleza, pero en los que el productor ha hecho intervenir sus "fuerzas"...El valor está en los servicios productivos y en que satisfacen las necesidades como deseamos y en el momento necesario. No está en los agentes naturales que se utilizan. El comerciante crea valor como el productor y ese valor se paga. Y este servicios se extiende al interés y la renta de la tierra en el mundo armónico.
Y el progreso y el beneficio de todos está en la libre competencia. Las barreras son la causa de desigualdad y miseria. Es importante el libre derecho al trabajo, la libertad en si, la propiedad en general: suelo, intelecto, facultad y personalidad. La propiedad es indisociable de la libertad, de la justicia y de la igualdad en una sociedad segura, pacífica y próspera.
Para Bastiat, los servicios son acciones humanas realizadas para los demás. Su teoría del valor no se basa en el trabajo sino en la relación observada en el trabajo de producción y el servicio por el que se intercambia. Componentes subjetivos; ideas antecedentes de Menger y Jevons de la teoría del valor subjetivo.
Por terminar. La renta de la tierra es un servicio, que recoge una transformación pasada debida a trabajo humano, que puede generar una renta legítima para el propietario y sus descencientes.
Y terminando aquí, todavía no he hablado de la LEY. Pero era necesario plantear todo lo anterior...La LEY, será algo para terminar en una segunda parte...
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