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Piense y hágase rico: Napoleón Hill.

  • yosorep
  • 2 oct 2020
  • 6 Min. de lectura

Volvemos a desarrollar el contenido de un libro con un tema que puede ser controvertido. Y es que creerse y más todavía incluso, aplicar las pautas relacionadas con la filosofía de éxito individuales, autoayuda y creación de pensamientos, actitudes y realidades positivas generan actitudes enfrentadas, desde los que consideran que son un "cuento" a los que lo consideran un principio fundamental de fe y vida.

En este caso, estamos hablando de una autor que es el más conocido y reconocido y de su libro, un best-seller de todos los tiempos. En su libro el autor expone a través de una serie de principios y experiencias de cientos de personas que han triunfado, cómo poder orientar nuestras propias vidas a la consecución de nuestros objetivos ,y por qué no, la felicidad o plenitud.

No es un libro de entretenimiento y el contenido no es de entretenimiento. Tiene sentido y utilidad como método, su lectura como habitual, y sus ideas aprehender y personalizar, convertir en filosofía personal que permite organizar y desarrollar el resto de conocimientos que adquiramos en la vida para aprovechamiento útil profesional, social e incluso afectivo.


Una historia interesante.


El origen de este libro es la apuesta o desafío de un personaje poco conocido, que sin embargo, hizo mucho más por el avance de la sociedad y las personas que muchos otros más mediáticos que han contado más mentiras y no han hecho nada por alcanzar el bienestar que hoy tenemos y que los segundos decían pretender defender-porque gracias a estos últimos, no los hemos alcanzada, y hoy podemos perderlos-.


Esta persona es Andrew Carnegie, inmigrante escocés del siglo XIX, que llegando sin nada a EE.UU., se convirtió en la persona más rica y de las más influyentes de la época, destacando en la producción del acero y fabricados relacionados con el desarrollo del ferrocarril; también filántropo e incluso filósofo.


Carnegie conoció a el autor protagonista, Napoleón Hill, descendiente humilde hecho a sí mismo, del que al conocerle quedó gratamente sorprendido y al que le propuso que estudiara durante veinte años, siendo Carnegie Henry Ford, Theodore Roosevelt, John D. Rockefeller, Thomas A. Edison, Woodrow Wilson, Graham Bell, y otros muchos, que al igual que Carnegie, por ser de EE. UU. y de épocas pretéritas, hoy no conocemos.


Sin extendernos más en la presentación, N. Hill, elabora un detallado plan de 13 principios, sacados de las experiencias, pensamientos, ideas , creadores de una filosofía que propicia la riqueza económica y personal, describiendo qué y cómo hacerlo, de manera general con la "venta de servicios personales" y un método necesario de autoanálisis, reflexión y método.

Plenamente alineado con los principios de la ciencia de hacerse rico de Wattles, también da relevancia y consideración a la expresión : "la riqueza no siempre puede medirse en términos de dinero". Y es importante también tener presente que es necesario tener una idea origen sobre la que aplicar nuestro pensamiento y actividad, y sobre todo, saber lo que se quiere. ( no es fácil ni claro).


Deseo y pensamiento.


Las primeras ideas que ofrece N. Hill, como principales, son muy similares a las de Wattles. La aplicación de un deseo fuerte, claro y decidido sobre una idea, a través de un pensamiento. Sería más concreto una conjunción de propósito definido, deseo, que constituirían la motivación, más pensamientos y perseverancia , tanto en pensar como en actuar: hábito y acción.

Aquí quiero pararme a reseñar con vehemencia que el acto de motivación por sí solo se muestra del todo inoperante si no es acompañado de la perseverancia. Sin el segundo, nos quedaremos a mitad de camino y ninguna teoría y nada de esto tendrá sentido.


Es importante ,y personalmente creo que no es fácil, el tener claro y definido el deseo y el objetivo.

Es fundamental la perseverancia y saber esperar y descubrir la oportunidad que muchas veces se presenta escondida en la "mala suerte", los errores o el fracaso. Obviar esta cualidad nos deja muchas veces a mitad del camino.


" El fracaso es un embustero con un sentido agudo de la ironía y la astucia. Se deleita haciéndonos tropezar cuando el éxito está casi a tiro".


Seguir intentándolo y reconocer oportunidades en los fracasos son dos cosas que no se suelen hacer y sin embargo son imprescindibles. Cuando se consigue tener una idea sólida o un deseo definido habiendo hecho casi lo más difícil, no es posible caer en la derrota ante adversidades o buscar ventajas donde aparentan problemas.


El autor indica que "cuando las riquezas comienzan a llegar, aparecen tan rápidamente y en tal abundancia que uno se pregunta dónde han estado escondiéndose durante todos esos años de escasez". Y no siendo prescindible, no es necesario un trabajo duro de mucho tiempo. Es necesaria perseverancia, con confundir con algo especialmente duro física p mentalmente. Es un estado mental con propósito definido en el que la palabra imposible no existe. En el que la consciencia de éxito sustituya a la de fracaso y en el que las limitaciones aceptadas por otros no son generales. Ni reales.


El poeta Henley escribió : "Soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma"....; porque tenemos el poder de controlar nuestros pensamientos, aunque habitualmente no seamos conscientes y no lo hagamos. Los pensamientos que fluyen a nuestra mente nos influyen, por lo que su control se hace necesario para nuestro beneficio.


Por tanto, y en definitiva, el primer e importante paso para conseguir cualquier cosa, para hacerse rico , es tener un deseo definido . N. Hill detalla el método por el que el deseo de riquezas se materializa en dinero. Son pasos concretos y prácticos:



"Determinar mentalmente la cantidad exacta de dinero que uno desea" .

"Determinar exactamente aquello que uno pretende dar a cambio del dinero que desea".

"Establecer el plazo concreto en el que se tiene previsto poseer el dinero que se desea".

"Idear un plan definido para conseguir el deseo y empezar de inmediato, tanto si estamos preparados como si no, a poner en práctica dicho plan".

5º Redactar de manera clara y exacta todo este plan.

"Leer la declaración en voz alta, dos veces al día, antes de acostarnos y al levantarnos. A medida que uno lea debe verse , sentirse y creerse ya en posesión del dinero".


Para el sexto paso, que puede tener difícil credibilidad y es cuestión de hábito, es necesario un deseo ardiente, una saturación mental que permita esa ficción inicial que aseguré la realidad futura.

El autor insiste en que todo esta realidad no necesita materializarse a través de un trabajo arduo o sacrificio especial. Es importante la imaginación y la concreción del objetivo. N. Hill en el contexto en el que desarrolla toda esta teoría, coincide con la gran crisis de la Gran Depresión (1929-1935), y deja claro algo que cien años y sobre todo la actualidad le da la razón. El hecho de que siempre hay oportunidades, pero más en momentos de crisis, donde mucha gente parte del mismo nivel. Vivimos en un mundo distinto en el que se piden, necesitan y triunfan nuevas ideas. Lo más importante es la concreción del propósito; y la destrucción creativa es una realidad incuestionable, materializadora de grandes oportunidades universales.


El mundo es y necesita de soñadores prácticos: personas que pongan en práctica sus sueños. Los soñadores prácticos de hace un siglo son multiplicados exponencialmente en la actualidad, y el momento y las necesidades les favorecen. La oportunidad ha ganado celeridad con el paso de los siglos, pero ha sido necesaria una mentalidad abierta y tolerante para que la excepcionalidad de Colón y Copérnico, se vaya haciendo más común con los soñadores de hoy desde Ford, Edison, Lincoln, Marconi, Wright...


N. Hill hace hincapié en como los momentos de crisis personales o económicas y generales (como la gran depresión de su época) han generado las oportunidades que muchas veces muchos se niegan a ver. Reconoce que los triunfadores en la vida no comenzaron bien, o al menos de primeras, y se enfrentaron a sus dificultades porque la palabra y los propios acontecimientos de crisis encierran una oportunidad para las personas que saben y aprenden a convertir sus emociones más fuertes y negativas en sueños de naturaleza constructiva.


Entonces, ante la pregunta de ¿ cómo podemos dominar y utilizar la mente y el deseo ardiente por algo concreto?, tendremos que desarrollar la respuesta a través de los 13 pasos que desarrolla Napoleón Hill y que inician precisamente por este deseo ardiente por algo concreto.


Algunas frases sobre el deseo ....



"El éxito no requiere disculpas y el fracaso no permite excusas"


"Cada fracaso trae consigo la semilla de un éxito equivalente"


"Nadie jamás está derrotado hasta que la derrota se acepta como una realidad"


"Hay una diferencia entre desear algo y estar preparado para recibirlo. Nadie está preparado para algo hasta que cree que puede adquirirlo"


"El curso de las cosas acontece para enseñarnos la fe. Sólo necesitamos estar atentos. Hay indicadores para cada uno de nosotros, y si escuchamos con humildad, oiremos la palabra adecuada"


"Nuestras únicas limitaciones son aquellas que nos imponemos en nuestra propia mente"







 
 
 

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