WOKE: deconstrucción de la realidad
- yosorep
- 11 dic 2021
- 8 Min. de lectura
Parece mentira, que la realidad pueda ser cambiada y la mentira se convierta en la verdad para algunos. Sin posibilidades. De manera unívoca e irremisible.
Desde hace una década y sobre todo en los últimos años, viene corriendo esta tendencia que bebe en el mismo sentido, concepto y prácticas que las distintas imperiofobias y la reconocida leyenda negra española sufrida y aceptada por los propios damnificados. Una corriente de pensamiento único, represivo y aceptado políticamente, que sin duda alguna tiene beneficios para algunos.
El vocablo woke, asimilado del inglés wake, se traduce en una especie de despertar que cuenta con cada vez más profetas y seguidores. Algo a lo que nos estamos acostumbrando a respirar, por ver y escuchar de continuo en noticias y medios de todo tipo. De modo que resulta casi imposible no tropezarse, en el lenguaje actual, con airadas denuncias contra el heteropatriarcado, el privilegio blanco, la transfobia, el especismo, el negacionismo climático, variedad de cosas más… Son consignas que flotan en el ambiente y a las que debemos plegarnos si no queremos meternos en un grave problema con la corriente opinativa, cada vez más abandonada y acrítica. Debe funcionar lo políticamente correcto. Otro camino único de pensamiento y el despertar: quien abraza la ideología woke ha despertado de un milenario letargo y parece haber tomado conciencia de la verdadera naturaleza de las opresiones que azotan nuestra sociedad, es ya alguien esclarecido que desprecia a quien todavía duerme con una actitud que oscila entre el paternalismo benevolente y la indignación airada.
Cómo el politólogo Stéfano Abbate denomina, viri spiritualis, son los defensores y luchadores de esta postura que conforman una categoría de hombres -y mujeres, no sea se ofendan-, típica de los movimientos milenaristas y mesiánicos, que defienden estas posturas, y que la historia ha tenido en épocas pretéritas con resultados felizmente frenados. Tenemos nuestros nuevos profetas laicos, distanciados de la realidad que nos apresa, libres revelados de la nueva realidad redentora.
¿Y cómo crece y se expande esta "nueva palabra"?. Pues desde el camino que lo hicieron todas; no desde el convencimiento propio que revela la verdad, sino desde el más febril enfrentamiento. "Alimentada por el resentimiento, propugna una política de identidades que resucita el trato diferencial según la raza -y cuidado, negar ser racista es en realidad racismo encubierto-. Y al mismo tiempo abraza la deconstrucción del matrimonio y la familia natural para enarbolar las pretensiones del feminismo de cuarta ola, las teorías queer y el transexualismo", por ejemplo.
Los demás somos presa de la ignorancia superada por ellos. Y apalancados en el poder propio de la palabra, capaz de crear realidades, hacen realidad aquello que vio y expuso George Orwell: el lenguaje es una poderosa herramienta para cambiar la sociedad. Lo que en Orwell era una advertencia, los ideólogos woke lo han interpretado como una invitación. Útil.
Todo la realidad existente es impermeable a la "capawoke", que no admite la capacidad crítica ni la racionalidad como fuentes de la verdad. La filosofía no solo no es necesaria, sino falaz. Porque todas estas han sido armas de dominación utilizadas por todos los proveedores del mal antiguo de supremacistas blancos, heteros, machistas.... Si no lo ves así, te mueve el odio. El tuyo, no el suyo. Es la cultura de la cancelación.
Nada es guiado ni soporta el tamiz de la racionalidad, que sustituyen por los dogmas que desprecian en otras religiones o doctrinas. Por ello son también ambiguos y paradójicos en esencia. Manipuladores conscientes de su juego. Señalan pecadores en los negacionistas . Herejes, en los que ofrecen razones contra sus manipulaciones, son apilados en la hoguera de una muerte mediática y civil. Promotores de rituales manifestacionales del blak lives matter y símbolos como Mehgan Markle.
Sin embargo, para ellos no hay posibilidad de perdón, porque mientras haya pecadores y enemigos, los promotores mesiánicos y sus acólitos rituales, podrán vivir de esta nueva realidad a costa de nosotros. Sentados ellos en los sillones almohadillados desde los que señalan al resto desobediente.
Un poco de historia y referencia de ejemplos.
Las primeras señales referenciadas de estas tendencias se han fechado en torno a 2014 y en los EEUU, en la que movimientos estudiantiles provocaban o directamente boicoteaban determinados eventos, que terminaban suspendiéndose. También se denuncian determinados libros, y se repudian películas social y generalmente aceptadas en nuestras tradiciones. Según el abogado Greg Lukianoff, presidente de un grupo defensor de la libertad de expresión en las universidades de EEUU, entre 2000 y 2018 hubo 379 iniciativas para cancelar invitaciones a hablar en universidades en Estados Unidos. En el ámbito local y latino, encontraremos algo similar con un tema muy antiguo relacionado con la leyenda negra.
Recientemente fueron demonizados y señalados como herejes actores conocidos, y personas reconocidas como la escritora JK Rowling, tan solo por emitir su opinión o intentar entender lo que la cultura woke defiende- claro que cuando algo no es defendible o justificable, la única opción es el exabrupto-.
Por contra, aparecen nuevos mesías como la mediática Meghan Markle, duquesa de Sussex, escondiendo sus problemas en un ataque a la realeza y justificando su verdad y como princesa woke. Ella llegó a decir que “la verdad es simplemente un bien que puede ser manipulado y vendido para un propósito”, defendiéndose. Pero que bien sabe esto la que tiene también un propósito para su verdad.
Sin embargo también encontramos insospechados detractores que ya advirtieron en su día, como Barack Obama, cuando dijo sobre esta cultura que era una fórmula perfecta para el dogmatismo, en el que las redes sociales están funcionando como delatores inquisitoriales, en muchos casos, tirando piedras sobre su propio tejado, consecuencia de sus paradojas y contradicciones-pruebas de la inconsistencia teórica de esta cultura e idea-. Como apunta Obama "hacer el cambio, no es lanzar juicios contra otros porque aún la gente que hace cosas buenas a veces comete errores. Si hacemos fiesta de pureza, vamos a tener fiestas muy pequeñas”, dice y agrega que gobernar no es decir “yo no estoy de acuerdo contigo por lo tanto no estás invitado a la conversación”. Como hemos dicho, la actitud crítica y el diálogo no es su opción. No les conviene.
La cultura de la cancelación.
También es conocida por este nombre la cultura woke, si bien entiendo que esta expresión es más una estrategia de la propia cultura woke. Y esto es así porque la cultura de la cancelación se manifiesta directamente en la acción propia de los digamos, "wokers", promoviendo activamente una corrección política manifestada desde la utilización de haters en las redes a la utilización de otros medios y manifestaciones públicas para evitar actos, cancelar funciones, prohibir películas, documentales y libros-incluso quemarlos- o destruir y mancillar estatuas...
Se malinterpreta y cambia la historia, con datos manipulados u omisión de realidades, para crear "su realidad" insostenible si no es por la fuerza física e ideológica. Es en definitiva, una historia malinterpretada y leída desde una óptica ideológica de izquierda radical la base que se sustenta esta corriente nacida en campus universitarios de EEUU bajo una aparente rebelión contra la “opresión” el “odio”, el “racismo” o la “discriminación”.
Pero en el fondo la “cultura woke” se traduce en una sumisión acrítica ante la corrección política mediante una culpabilización de los grandes personajes y momentos de la civilización occidental, preferente de base cristiana. Es lo que en mi parecer tiene punto en común o incluso comunicación directa con las imperofobias y la leyenda negra.
Destaca en estos temas las ideas publicadas por el sociólogo canadiense Mathieu Bock-Côte, que en su libro La Revolution Socialiste, defiende que la cuestión racial es la que se ha utilizado para abrir el camino del “woke” y define esta nueva ideología como una “forma de antirracismo pervertido que empuja a definir las sociedades occidentales y el conjunto de las relaciones sociales que las estructuran según el criterio racial. Todo se divide entre una mayoría ‘blanca’, por un lado, y minorías ‘racializadas’, por el otro. El primero sería dominante, los segundos dominados. Los blancos deben hacer penitencia y son racistas sólo por el color de su piel, y las personas racializadas son la nueva categoría mesiánica”.
Afectada en el mundo occidental y cristiano, se trata “de una corrección política radicalizada, presentándose como hipersensible a las demandas de aquellos que dicen hablar en nombre de las minorías. Quien no sea ‘woke’ es considerado un insensible, se la acusa de falta de empatía”. Y en cuanto a la “cultura de la cancelación, este sociólogo asegura que es el “método fuerte del wokismo que pretende desterrar del espacio público a quienes de una u otra forma se oponen a las reivindicaciones de esta supuesta diversidad”.
"Si no te sometes a la teoría del racismo sistémico es una prueba de que eres cómplice del orden racista, ya que te niegas a nombrarlo y a participar en su desmantelamiento, y por tanto estás participando en la consolidación del orden racista”, comenta Bock-Côté sobre una ideología que ha tenido gran acogida en el mundo del entretenimiento, los medios de comunicación y también ya en la política.
Ahora nosotros, el resto, somos los contrarrevolucionarios de nuevo, los defensores de la la occidentalidad que ellos están capacitados para “reeducar por completo a la población, deconstruir sus prejuicios y sus sesgos implícitos”. Para Bock-Côté hay un claro vínculo entre la ideología de género y este pensamiento racial: “Si somos capaces de convencer a una población de que el hombre y la mujer no existen, entonces todo es posible, todo se puede decir: es como si llegáramos a decir que lo real es totalmente manipulable, que puede disolverse en cualquier ortodoxia ideológica. Estamos llegando a una forma de gran inversión ideológica: lo masculino y femenino se convierten en categorías ideológicas reaccionarias, y la fluidez del género se convierte en la nueva base antropológica de la identidad sexual. Así, la sociedad se convierte en un campo de reeducación ideológica”.
Igualmente, Bock-Côté denuncia la intolerancia del wokismo, donde “el adversario se presenta como el enemigo de la humanidad. Es un xenófobo, un racista, un odiador. Debemos levantar una cruzada contra él. Cabe precisar que esta ideología ya no se limita a la universidad sino que se despliega en los medios de comunicación, e incluso, y quizás sobre todo, en las grandes empresas que se transforman en talleres de reeducación ideológica como vimos con Coca Cola, donde se impuso la capacitación a los empleados para aprender a ser ‘menos blancos".
Resumiendo...
Y ante toda esta ola, que cuenta con una corriente muy favorable con viento de cola en las redes, mantenerse al margen no es una opción. Más allá de no aceptar esta cultura, plantear una resistencia enfrentada no es solo una opción, sino imprescindible. Y como siempre, la educación y la actitud crítica son indispensables. Para ello la batalla ideológica, denunciando la manipulación lingüística- neolenguaje- rebatiendo las definiciones ofrecidas, rebatidas y saltando en todo momento la propuesta de cancelación que ofrecen , dando oídos y voz a todas las partes, sobre todo las acalladas. Los principios fundamentales y la moral que nos han llevado a la civilización y el crecimiento actual siguen siendo referencia primaria en el que apoyarse, sin descartar, la posibilidad de aceptar los cambios que la globalización proponen.
Toda esta historia, me recuerda a una época anterior lejana, muy ligada a los movimientos protestantitas del siglo XVI. Durante toda esta época y en la zona de Alemania, varias sectas desligadas del luteranismo generaron pequeños estados teocráticos y autosuficientes, de los que destacan los anabaptistas que iniciados en la figura de Tomás Münzer degeneraron en otras variantes como los conocidos amish y otras peores de corte comunista y totalitario; caso especial fue el comunismo totalitario instaurado en la localidad de Múnster.
Todas estas sectas y comunidades de corte comunista mesiánico, se creen tienen su origen en el franciscano místico y mesiánico del s.XII Joaquín de Fiore. Todas con un denominado corte de tres edades, dos pasadas –antiguo y nuevo testamento, padre e hijo-y la por llegar del espíritu santo: alegría, amor y libertad. De este orígen surgirían: Amaurianos; Los Hermanos del Espíritu Libre; Taboritas; Adamitas. Todos cegados en la inequívoca fe de ser elegidos, dioses, con ideas comunalistas, que rechazaban la propiedad privada entre otras cosas.
Estos comunismos mesiánicos se superaron por su propia degeneración irresoluble. Pero ya no estamos en esas edades, y considero que el peligro está en no usar las mismas armas que ellos usan y posibilitan convertir esta situación en algo que ya hoy son: una corriente globalistas y peligrosa que tiene intereses económicos y sociales claramente definidos.
Hoy reseñamos los ejemplos de la prensa de hoy, debajo expuestos....
Garzón decreta la huelga de juguetes: intenta pensar en esto sin cortocircuitar (elconfidencial.com)
La información desarrollada proviene de trabajos de periodismos y literario de:
Jorge Soley.
Mathieu Bock-Côte.
Tener convicciones morales, con actitud crítica, para mí son herramientas fundamentales en mi vida. Personalmente me permiten estar y sentirme vivo, y formar parte activa de la sociedad que me rodea. Escuchar y leer, y amar conocer más. Permanecer en un camino a la sabiduría vivifica y da sentido. A la vez me permite completar, recapacitar y en su caso rectificar mis ideas. Pero hay cosas que pasados por el tamiz no son aceptables a mi entender, y necesitan un rebatimiento desde posturas razonadas. La batalla de las ideas hay que librarla, o las ideas ganarán la batalla a costa de nuestras libertades. Recordando al personaje del que ayer hablamos; “Los que cambian su libertad por su seguridad no merece…
Abres el melón de la realidad, la cual depende de la percepción y la interpretación de cada uno. 🤔La capacidad de percepción es personal (genética) y la interpretación va cambiando a lo largo de la vida. Por otro lado me viene a la cabeza la teoría de los polos opuestos y la ley del péndulo. El pensamiento crítico permanece entre los polos opuestos o en la mitad del recorrido del péndulo, es difícil de mantener durante mucho tiempo, resulta muy incómodo permanecer en un estado de duda, las personas necesitamos unos pilares fuertes y convincentes, o eres de derechas o de izquierdas, negro o blanco, pro o anti... Es el equilibrio entre esas dos fuerzas opuestas lo que permite que…