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Análisis de Estados Financieros: el balance y la cuenta de resultados. (Parte I)

  • yosorep
  • 21 ene
  • 11 Min. de lectura

Desarrollamos en un par de entradas algunos detalles básicos para el análisis de las empresas, hablando en una primera oportunidad de los estados contables y algo de su interpretación, permitiendo en este caso analizar la solidez patrimonial de la empresa, el equilibrio financiero y su solvencia, entendida esta como capacidad para devolver a proveedores comerciales y financieros, como ofrecer garantías.


Pero será en el caso de el análisis de ratios como podremos sacar conclusiones más concretas sobre la empresa a través de ratios operativos y de rentabilidad.


 

El Balance.


Los principales componentes de los Estados Financieros de una empresa (EEFF) son el balance y la cuenta de resultados.


También lo componen el estado de cambios del patrimonio, el estado de flujos de efectivo y las notas explicativas.


El balance de una empresa permite contestar a dos preguntas: el origen de los fondos que dispone y la aplicación de fondos. De una manera concreta nos preguntamos qué tiene la empresa para producir y generar su negocio. Y, por otro lado, cómo ha financiado todo aquello que es necesario para su actividad.


Estas dos preguntas responderán al origen de los fondos y a la aplicación de estos a la actividad.

Antes de entrar en el detalle del balance, debemos tener una idea clara. El balance debe estar equilibrado, con una estructura de financiación acorde a las inversiones necesarias para la actividad y que permita la continuidad de la actividad en períodos o ejercicios recurrentes de actividad cada año.


 

Estructura del Balance.


 

En el balance encontraremos dos bloques o partidas fundamentales: Activo y Pasivo.

 

En el activo contaremos con todos los bienes y derechos que la empresa tiene y que son necesarios para la actividad que desarrolla. Se ordenará de arriba a abajo en función de una menor liquidez a mayor, es decir, su facilidad para convertirse en dinero efectivo. Y aunque todo el balance tiene un valor operativo para la sociedad los menos líquidos suelen ser fundamentales para la misma por su aplicación más directa a la actividad productiva.

 

En ese sentido encontramos una segunda subdivisión entre activos no corrientes, correspondiente a los inmuebles y maquinaria e instrumentos necesarios para la producción física en su caso, y los activos corrientes, que corresponden a las materias primas aplicadas a la producción, existencias generadas para comercialización, cuentas de saldos de clientes pendientes de cobrar y otros deudores, y saldos de tesorería necesarios para la actividad.

 

En el pasivo nos encontraremos todas las fuentes de financiación del activo. Es decir, el origen financiero que permite la compra y mantenimiento de la estructura productiva del activo para desarrollar la actividad de la empresa. Como en el activo, se ordenará de arriba abajo en función de la menor a mayor exigibilidad, es decir, el tiempo o plazo que la empresa dispone para devolverlos a las fuentes que financian la actividad.

 

En este caso, el pasivo se divide en tres bloques diferenciados que son el patrimonio neto, compuesto por el capital aportado por los socios y accionistas, además de las reservas correspondientes en el mayor de los casos a beneficios acumulados de ejercicios anteriores.

 

Las otras dos partidas corresponden a los pasivos no corrientes y los pasivos corrientes, separados por la temporalidad de exigibilidad a más o menos de un año de la financiación recibidas de bancos, prestamistas, proveedores y otros a los que la empresa deba devolver capital.

 

Una condición fundamental de este balance es el equilibrio entre las dos masas, pasivo y activo, muy condicionado por la actividad o sector en el que opera la empresa. Así, a modo de generalización en el caso del activo, las empresas que sean industriales y fabricantes, conocidas como intensivas de capital, necesitarán un peso de activo fijo o no corriente más elevado para el desarrollo de su actividad. Mientras que las empresas de servicios tendrán un peso más elevado del activo no corriente o activo circulante.

 

En el caso de la estructura del pasivo, la decisión de los accionistas y la dirección será más discrecional para determinar la forma de esta masa patrimonial y el uso de financiación que se elige.

De este modo, aunque la estructura del pasivo pueda ser más “flexible”, o no tiene que ser única, es cierto que se establecen reglas de relación entre el activo y el pasivo como las siguientes:

 

·        El inmovilizado productivo o activo no corriente, debe ser financiado con fondos propios-patrimonio neto y exigible a largo plazo: apalancamiento.

 

·        El circulante o activo corriente puede estar financiado con exigible a corto plazo con un margen de seguridad cubierto por exigible a largo: evitar tensiones de liquidez.

 

De estas dos últimas apreciaciones, podemos sacar dos conceptos relevantes que tenemos que explicar:

 


Apalancamiento financiero contra Apalancamiento operativo.


 

El apalancamiento es algo consustancial a la actividad empresarial y cuyo objetivo es optimizar e incrementar el beneficio por cada unidad de capital que los socios hayan aportado a la sociedad, ya sea en el capital social aportado o las reservas acumuladas (fondos propios).

 

El apalancamiento financiero consiste en financiar el activo de la actividad con deuda, de manera que los resultados de la empresa permitan repagar la deuda y generar un beneficio, que no se considera posible sin esta financiación. Se trata de optimizar los recursos con el riesgo de que la actividad no sea capaz de generar ese beneficio extra para devolver deuda y acumular beneficio.

 

En resumen, el apalancamiento financiero buscará que el resultado de las inversiones (ROA) sea superior al coste de la deuda.

 

Apalancamiento Financiero=Deuda Total / Patrimonio Neto.

 

Donde:

  • Deuda Total: Es la suma de todas las obligaciones financieras de la empresa, incluyendo préstamos, bonos y otras deudas.

  • Patrimonio Neto: Es el valor residual de los activos de la empresa después de deducir todas sus deudas y pasivos.

 

Y para el caso de ROA. (Return on Assets o Retorno sobre Activos) es:

 

ROA=Ebit / Activos Totales.

 

El ROA mide la eficiencia con la que una empresa utiliza sus activos para generar beneficios. Es un indicador clave de la rentabilidad de una empresa. Podemos concluir que la relación entre el ROA y el coste de la deuda es importante para entender la estructura financiera de una empresa. Aquí hay algunos puntos clave para entenderlo:

 

  1. Comparación de Rentabilidad y Coste: Si el ROA de una empresa es mayor que el coste de la deuda significa que la empresa está generando más beneficios con sus activos de lo que le cuesta financiar esos activos con deuda. Esto es una señal positiva, ya que indica que la empresa está utilizando la deuda de manera eficiente para aumentar su rentabilidad.

 

  1. Apalancamiento Financiero: El uso de deuda puede aumentar el ROA si la empresa puede generar un retorno sobre los activos financiados con deuda que sea superior al coste de esa deuda. Sin embargo, un alto nivel de deuda también aumenta el riesgo financiero, ya que la empresa debe cumplir con sus obligaciones de pago de intereses y principal.

 

  1. Estrategia de Financiación: Las empresas deben equilibrar cuidadosamente el uso de deuda y capital propio para financiar sus operaciones. Un ROA alto en comparación con el coste de la deuda puede justificar el uso de más deuda, mientras que un ROA bajo sugiere que la empresa debería considerar reducir su apalancamiento.

 


El apalancamiento operativo consiste en tener una estructura de costes en la que el mayor peso de los costes fijos nos permita que al aumentar las ventas estos costes se diluyan más por cada unidad vendida, generando un beneficio mayor en proporción a cada unidad. (manteniéndose los costes variables por unidad).

 

El riesgo estriba en que un nivel de ventas insuficiente no cubra los costes fijos, además de los variables por unidad, incurriendo así en pérdidas. Pero si mantenemos costes variables bajos una vez cubiertos los costes fijos cada unidad vendida imputa en su mayoría a los beneficios. Es decir, el coste marginal de cada unidad vendida empieza a ser pequeño y los beneficios se maximizan.

 

Una forma de calcular el apalancamiento operativo es utilizando los costos fijos y variables:

 

Apalancamiento Operativo=Ventas−Costos Var. / ventas−Costos Var. −Costos Fijos.

 

 



Partidas del Balance: Activo.

 

El activo indica los bienes en los que se ha invertido en la empresa, es la aplicación de los fondos recibidos. Estará formado por un conjunto de bienes y derechos; lo que tiene y lo que le deben respectivamente.

Los activos no corrientes o activo fijo son aquellos que permanecen en la empresa por varios ciclos de maduración, producción o ejercicios económicos. Es decir, tienen vocación de permanecer en la empresa por más de un año, aunque el tiempo dependerá del tipo de actividad de la empresa. El ciclo de maduración corresponde a todo el proceso económico y financiero de la empresa: acopio y almacenamiento de materia prima-fabricación-venta y cobro. Una primera clasificación sería:

 

·        Activos intangibles.

·        Activos materiales.

·        Inmovilizado financiero.

 

Los activos no corrientes o activo circulante corresponde a las inversiones de corta duración en el ciclo, es decir, menor a doce meses. Las partidas más relevantes son:

 

·        Existencias.

·        Clientes.

·        Otros deudores.

·        Caja y equivalentes: tesorería.

 

Una diferenciación relevante de la tesorería es en tesorería operativa, necesaria para el funcionamiento de la actividad de la empresa o negocio, y tesorería no operativa, como excedente de liquidez con opción de inversión productiva o alternativa.

 

La tesorería operativa se refiere a los flujos de efectivo generados y utilizados en las actividades principales del negocio, como la venta de productos o servicios y el pago de gastos operativos. Las aplicaciones de la tesorería operativa serán:

 

  • Gestión del efectivo diario: Asegura que la empresa tenga suficiente efectivo para cubrir sus necesidades operativas diarias.

  • Planificación de pagos: Permite planificar y gestionar los pagos a proveedores, empleados y otros gastos operativos.

  • Control de ingresos y gastos: Ayuda a monitorear y controlar los ingresos y gastos operativos para mantener la liquidez de la empresa.

 

Utilidades:

 

  • Mantener la solvencia: Garantiza que la empresa pueda cumplir con sus obligaciones financieras a corto plazo.

  • Optimización de recursos: Facilita la optimización del uso de los recursos financieros disponibles.

  • Toma de decisiones: Proporciona información crucial para la toma de decisiones operativas y estratégicas.

 

La tesorería no operativa se refiere a los flujos de efectivo generados y utilizados en actividades no relacionadas directamente con las operaciones principales del negocio, como inversiones, financiamiento y actividades extraordinarias. Se aplicarán a:

 

  • Inversiones: Gestión de inversiones en activos financieros, bienes raíces u otros proyectos no operativos. Generan ingresos financieros.

  • Financiamiento: Manejo de la obtención y reembolso de préstamos, emisión de acciones y otras actividades de financiamiento. Reinversión en capital productivo como oportunidad.

  • Actividades extraordinarias: Gestión de ingresos y gastos derivados de actividades no recurrentes, como la venta de activos o la reestructuración de la empresa.

 

Utilidades:

 

  • Diversificación de ingresos: Permite diversificar las fuentes de ingresos y reducir la dependencia de las operaciones principales.

  • Gestión de riesgos: Ayuda a gestionar los riesgos financieros asociados con las inversiones y el financiamiento.

  • Planificación a largo plazo: Facilita la planificación financiera a largo plazo y la toma de decisiones estratégicas.

 

En resumen, la tesorería operativa se centra en las actividades diarias y esenciales del negocio, mientras que la tesorería no operativa abarca actividades financieras y de inversión que no están directamente relacionadas con las operaciones principales. Ambas son cruciales para la salud financiera y el crecimiento sostenible de una empresa.

 

 

 

Partidas del Balance: Pasivo.


 

El pasivo nos refleja las deudas, lo que la empresa debe a fuentes externas, y el capital, que incluye las reservas acumuladas. Es el origen de los fondos necesarios para el desarrollo de la actividad del negocio, de dónde se ha obtenido la financiación. Una primera clasificación sería:

 

·        Patrimonio Neto o Fondos Propios. Compuesto por aportaciones de los accionistas (capital) y los beneficios no distribuidos acumulados en las reservas. Se incluyen los intereses minoritarios referentes a la participación en otras sociedades.

 

·        Pasivo No Corriente o Exigible a Largo Plazo. Deudas con plazo de vencimiento superior a un año, como la deuda bancaria y la emisión de bonos.

 

·        Pasivo Corriente o Exigible a Corto Plazo. Deudas con vencimiento inferior a un año, materializada normalmente en deuda bancaria y pagos pendientes a proveedores.

 

 

La cuenta de resultados: componentes y análisis.

 

 

La cuenta de resultados refleja los flujos de los ingresos y los gastos de la actividad de la empresa. Dicha cuenta, también llamada de pérdidas y ganancias, se desarrolla de arriba abajo, hasta llegar al beneficio de la empresa, empezando por los ingresos propios de la actividad o ventas:

 

·        Ventas: son el conjunto de ingresos que recibe la empresa por la comercialización de sus productos o la entrega de sus servicios. En el caso de análisis financiero es fundamental analizar la recurrencia de estas y la facilidad de cobro. Llamaremos en general como ingresos al dinero que la empresa gana por la venta de bienes o servicios. Incluyen las ventas netas y otros ingresos operativos.

 

·        Variación de existencias: es la diferencia del valor de las materias primas dentro de un ejercicio económico, entre el principio y el final de este.

 

·        Coste de aprovisionamiento: coste de la materia prima. Son los costos directos asociados con la producción de los bienes o servicios vendidos por la empresa.

 

·        Gastos de personal y otros gastos de explotación: corresponde al resto de gastos necesarios para la producción de los bienes y servicios que ofrece la empresa. Se dividen en fijos y variables.

 

·        Beneficio Bruto: Se calcula restando los costos de ventas de los ingresos. Indica la rentabilidad antes de considerar los gastos operativos. Incluye pues, los costes de aprovisionamiento y gastos de personal y otros gastos de explotación.

 

·        EBITDA (Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization):  una de las variables más importantes de la empresa, hace referencia al beneficio operativo de la explotación, sin incluir los intereses de la deuda, los impuestos, la depreciación y amortización de inmovilizado. Es la caja que genera una empresa que no tuviera deuda y no pagase impuestos.

 

·        Margen EBITDA: margen bruto de explotación con respecto a las ventas, es una referencia fundamental en el análisis de la empresa, que indica la capacidad de la empresa de incrementar o mantener las ventas y al mismo tiempo reducir o mantener los costes.

 

El EBITDA también se denomina Cash Flow Operativo o Beneficio Operativo. Se utiliza para valorar las empresas, de manera que una empresa debe valer más en función de la caja o tesorería que sea capaz de generar y la referencia es el ebitda.

 

·        EBIT (Earnings Before Interest, Taxes):  es el resultado de restar al EBITDA las amortizaciones y depreciaciones. Hemos de tener en cuenta que las amortizaciones no son un gasto del periodo. Pese a restar en la cuenta de resultados de la empresa, no suponen una salida de dinero. Es importante tener en cuenta estas amortizaciones como capacidad de generar flujos de caja por la empresa en una métrica denominada flujos de caja libres.

 

·        Resultado financiero: contabiliza la cantidad de gastos en los que incurre la sociedad por atender el servicio de la deuda, es decir, el pago de intereses de los préstamos recibidos para la actividad. Se ve muy afectado por los cambios en los tipos de interés.

 

·        Beneficio Antes de Impuestos: Se calcula restando los gastos financieros del beneficio operativo. (BAI).

 

·        Impuesto sobre beneficios: es el resultado de aplicar sobre los beneficios (antes de impuestos BAI) el porcentaje correspondiente (25%). Si bien, las sociedades tienen la posibilidad de optimizar la factura fiscal con diversos beneficios o desgravaciones, además de créditos fiscales de compensaciones de pérdidas de ejercicios anteriores.

 

·        Beneficio Neto: Es el resultado final después de deducir los impuestos del beneficio antes de impuestos. Indica la ganancia o pérdida neta de la empresa durante el período.

 

 

Todos estos conceptos de la cuenta de resultados, que se van recogiendo o sacando en el orden en que hemos expuestos, nos sirven para poder sacar conclusiones sobre la empresa, una herramienta esencial para entender la salud financiera de una empresa y tomar decisiones informadas sobre su futuro. Estas conclusiones las podemos resumir en:

 

 

·        Evaluación de Rentabilidad: Permite a los inversores y gerentes evaluar la capacidad de la empresa para generar beneficios.

 

·        Toma de Decisiones: Proporciona información crucial para la toma de decisiones estratégicas y operativas.

 

·        Análisis de Desempeño: Ayuda a comparar el desempeño financiero de la empresa a lo largo del tiempo o con otras empresas del mismo sector.

 

·        Planificación Financiera: Facilita la planificación y el control financiero, permitiendo identificar áreas de mejora y oportunidades de crecimiento.

 

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